domingo, 15 de febrero de 2015

Salmo 119:97-104 MEM Medita y obedece a la Palabra

Continuamos con este recorrido por el salmo 119, hoy llegamos a la estrofa número trece MEM

Te animo a escuchar los versículos que forman esta estrofa y un brevísimo consejo.



En esta estrofa, el salmista hace una profunda reflexión acerca de la Palabra.

Comienza con una expresión de amor hacia ella. Nos dice:

¡Oh, Cuánto amo yo tu ley!

y esa realidad la demuestra meditando en ella todo el día, es decir, de continuo, en cada circunstancia, en cada momento.

Si pensamos lo que realmente significa amar, entendemos que es más que leer, memorizar, recitar, incluso obediencia con mala actitud. Es algo mucho más profundo. Cuando amamos a otra persona (piensa por ejemplo en un hijo), esa persona es prioridad para nosotros incluso por encima de nuestra propia vida, intereses. 

¿Eres de los que aman profundamente la Palabra de Dios? ¿Eres, por tanto, de aquellos que meditan todo el día en ella?. Reconozco que necesito crecer en ese amor por la Palabra. Quiero amarla más, meditar más en ella, que sea la guía en cada una de mis decisiones, incluso las más pequeñas.

El salmista ha visto como ese amor profundo a la Palabra ha hecho que tenga unos beneficios en su vida.

Comienza diciendo, "Me has hecho". Dejemos claro, es Dios a través de su Palabra que hace las cosas. No era algo que hubiera conseguido él de forma voluntaria por pasar horas con la Palabra en su mente y su corazón, sino, que fue Dios quien hizo esas cosas en su vida.

Veamos que ha sido lo que Dios le ha hecho:





Primero, nos dice que Dios le ha hecho más sabios que sus enemigos, sus adversarios, y por tanto el adversario. Dios quieres que siempre, siempre tengas victoria. En cada oposición, en cada situación. ¿Quiere decir que el salmista siempre vivió sin aflicción?. No, hemos leído que en ocasiones su alma desfallecía, pero al final obtendría la victoria.

¿Cómo? La Palabra siempre estaba con él. En cada decisión, en cada actitud. En cada momento, buscaría que Dios le guiara a través de su Palabra. No es que se fuera corriendo a buscar la Biblia, (que no tenía), pero habría memorizado parte de los textos sagrados de ese momento y los meditaría. Buscaría que Dios le susurrara a su interior que hacer en cada momento.

Spurgeon dijo: "el que es enseñado por Dios tiene una sabiduría práctica que la malicia no puede proporcionar al astuto, aunque es inocente como una paloma, exhibe más prudencia que la serpiente".

Segundo, ha entendido más que sus enseñadores. Dios le da entendimiento. Quiere darnos entendimiento. El conocimiento no es lo realmente importante, sino la aplicación de ese conocimiento. No nos dice que sus enseñadores no sepan, sino que ha llegado a entender más que ellos. ¿Cómo debiera esto afectar a los que le han enseñado y al salmista?, ¿cómo debiera esto afectar a los que le enseñan, ministran, lideran y a usted?.

Este versículo me ha recordado una conversación de este verano y de verdadero liderazgo. El que es realmente líder, buscará que las personas a las que lideran le sobrepasen. La misión del líder es dar visión a la gente y llevarlas al propósito de Dios para sus vidas. Este es un fallo de muchos liderazgos hoy día, que se sientes amedrentados y limitan. Busca que el reconocimiento sea para ellos. Esto me habla de problema en la persona, problemas con su autoestima. 

Los maestros igual, querrán que sus estudiantes lleguen lo más lejos que puedan. Los padres siempre quieren que los hijos le tomen ventaja. Se sienten orgullosos y así debe ser.

Es importante entender que quien revela es Dios y quien elige y usa, también es Dios. Uno no es más que su instrumento.

¿Cómo? ¿Qué marca la diferencia entre unos y otros?. Según el versículo la meditación. Hay profundidades que para ser reveladas hay que profundizar más y más. Es darle vueltas y vueltas hablando con Dios, profundizando, buscando el sentido más amplio que pueda tener. Es dedicarle tiempo.

Tercero, ha llegado a tener más entendimiento que los ancianos. Muchas veces creemos que la experiencia lo es todo y es tremendamente importante, pero hay aquellos que no saben obtener nada de las experiencias. Es triste pero cierto. Piensa, dime cuál es la razón por la cual uno falla una vez en algo, y otra, y otra, y otra.... No se ha parado a buscar, aprender la lección y ponerla en práctica.

El salmista nos dice claramente, cómo es que él llegó a tener más entendimiento. Obediencia a la Palabra. Sabía que en la Palabra de Dios estaba la dirección para cada día de su vida, así que si la obedecía le iría bien. 

El salmista continúa compartiendo con nosotros, como es su andar y va a darnos un contraste bastante expresivo:

Primero, contuvo sus pies de mal camino. La palabra para contener, significa, encadenar, aprisionar los pies. 

Para él hay prioridad en la obediencia y hay caminos que sabe que es mejor no tomar. 

Segundo, no apartarte de los juicios de Dios. Nos dice, que para él es importante no alejarse de los juicios de Dios. 

¿Cómo ha sido posible? Dios le ha enseñado, le ha impartido en su corazón fidelidad. Sabe que cuando uno se aleja un poco, poco a poco la distancia se hace más grande. Ojo, un poco de levadura leuda toda la masa.

¿Estás dispuesto a modificar las áreas de tu vida, actitudes, que deben ser cambiadas para obedecer la Palabra? ¿Cuál es tu motivación para ello? ¿Cuál era la motivación para el salmista? ¿Miedo a Dios?, ¿el qué dirá la gente? Más bien, el amor a Dios y el deseo de obedecerle.

El salmista reconoce que para él la Palabra es dulce, agradable. La miel tiene muchísimas propiedades. Se usa para endulzar y se usa en problemas de boca y garganta. El salmista nos dice no es empalagosa para mí.

Al poner esta foto, pensé que no era una imagen acertada poner una rosa con espinas para hablar de la dulzura de la Palabra, pero el Señor me dijo. Hay personas que miran esta foto y piensan en las espinas de las rosas, pero hay otras que la miran y piensan en el perfume, en su hermosura, en los muchos usos que hoy día tienen las rosas. Al igual, hay personas que ven la Palabra dulce, que le ayuda en cada circunstancia, que le consuela y otros ven la Palabra como piedras, obstáculos, como frenos a su vida. Lo importante es: ¿Cómo la ves tú?.

El salmista termina la estrofa diciéndonos que Dios le ha dado inteligencia y por ello ha aborrecido la mentira.

Plumer dijo: "No hay engaño como la locura de creer que una carrera en el pecado puede llevarnos a la felicidad".

Si amas profundamente a Dios y su Palabra, la mentira y la obediencia a Dios no pueden coexistir. Eso es imposible,

El salmista es enfático, "he aborrecido". Él lo tiene claro. Es triste ver a algunos cristianos que mienten, que incluso te llegan a decir "eso no lo he dicho o no lo he hecho yo" para no reconocer su falta y pedir perdón. Claro, donde no hay arrepentimiento, un pecado se tapa con otro. También es triste ver a aquellos que dicen "total, es una mentira piadosa". Creen que la persona merece mejor una mentira que una verdad. Que triste, que poco valor les damos. Señor, ayúdanos cada día a amar tu Palabra y por tanto aborrecer la mentira, que es rebeldía a ti y a la verdad. Ayúdanos a amar a los demás y darles valor.

Acerquémonos a la Palabra reconociendo que si Dios no nos enseña, solo adquiriremos conocimiento, pero no inteligencia y entendimiento. Busquemos que Su Espíritu Santo nos hable, ministre y como el salmista, busquemos ponerlo en práctica. No nos alejemos de nada, de nada que de lo que nos enseñe.

Que Dios os bendiga.



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Bibliografía:

Santa Biblia - Versión Reina Valera 1960
Comentario Bíblico Mattew Henry
Comentario Mundo Hispano - Salmos
El Tesoro de David - C.H. Spurgeon

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