lunes, 25 de noviembre de 2019

Dios quiere saciar tu vida y saciar a otros a través de ti - San Marcos‬ ‭8:1‬ -10 RVC‬‬

Buenas noches, hoy vamos a examinar una porción conocida, la alimentación de 4000. Dios suplió para la necesidades de aquellos que le seguían imagínate que no haría para sus hijos. Él es nuestro Padre que nos provee, que suple para cada una de nuestras necesidades ya sean físicas, espirituales como emocionales así que antes de comenzar, vamos a orar 🙏🙏🙏 a Dios agradeciéndole por su gran amor, protección, cuidado y provisión diaria

En Marcos 6 vemos la alimentación de los 5000, una alimentación que se daba en tierra judía, hoy vamos a ver otra alimentación con muchos paralelismos pero con algo que los diferencia, ahora es en tierra gentil, por lo que los comensales serán en mayoría Gentiles. 

Leamos la porción completa: 

Por esos días volvió a reunirse una gran multitud. Como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
Esta gente me parte el corazón. Hace ya tres días que están conmigo, y no tienen qué comer. ‬
Si los mando a sus casas en ayunas, podrían desmayarse en el camino, pues algunos de ellos han venido de muy lejos.
Sus discípulos le respondieron: «¿Y dónde vamos a conseguirles pan suficiente en un lugar tan apartado como este?
Jesús les preguntó: «¿Cuántos panes tienen ustedes?» Y ellos respondieron: Siete.
Entonces Jesús mandó a la multitud que se recostara en el suelo, luego tomó los siete panes, y después de dar gracias los partió y se los dio a sus discípulos, para que ellos los repartieran entre la multitud. Ellos así lo hicieron.
Tenían también unos cuantos pescaditos, así que Jesús los bendijo y mandó también que los repartieran.
Toda la gente comió hasta quedar satisfecha y, cuando recogieron lo que sobró, llenaron siete canastas.
Los que comieron eran como cuatro mil. Luego Jesús los despidió
y enseguida entró en la barca con sus discípulos para irse a la región de Dalmanuta. San Marcos‬ ‭8:1‬-10 RVC‬‬

miércoles, 20 de noviembre de 2019

La transfiguración

Podemos leer acerca de este acontecimiento en Mateo 17:1-5; Marcos 9:2-8 y Lucas 9:28-36.

Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, el hermano de Jacobo, y los llevó aparte, a una montaña alta. Allí se transfiguró en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús. Pedro le dijo a Jesús: —Señor, ¡qué bueno sería que nos quedemos aquí! Si quieres, levantaré tres albergues: uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías. Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo! Mateo‬ ‭17:1-5‬ ‭NVI‬‬

domingo, 17 de noviembre de 2019

La vida que agrada a Dios

Esta semana he estado meditando en el tema de agradar a Dios, poder sacarle una sonrisa al mismísimo Dios, el Creador de los cielos y la tierra. Pensar en ello, me hace sentir extremadamente especial, porque implica ser especial para la Persona más importante que existe en el Universo.

Algunos que me habéis oídos en otras ocasiones sabéis que tengo una nieta de dos años qué es mi gran amor. Puedo estar lo más baja pero cuándo ella llega y la escucho llamarme “mamá, mamá”, me siento la mujer más feliz del mundo. Me saca una enorme sonrisa. 

¿Soy yo así para mi Señor? ¿Dios encuentra agrado en mí vida y mis acciones?

Algunos podrían pensar que soy presuntuosa con este pensamiento, que mi vida pueda dar gozo a Dios, pero es que la Escritura nos enseña de personajes que encontraron el agrado de Dios y es más, Dios quiere que este pensamiento se arraigue mucho en nosotros y vivamos para agradar a aquel que demostró que le éramos tan valiosos e importantes que dio su vida por nosotros.