martes, 5 de junio de 2018

Club de lectura - 2 Corintios capítulo 7


Así que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.
Admitidnos: á nadie hemos injuriado, á nadie hemos corrompido, á nadie hemos engañado.

Salmo 24


Queremos comenzar con un versículo de Malaquías 3:1 NTV “¡Miren! Yo envío a mi mensajero y él preparará el camino delante de mí. Entonces el Señor al que ustedes buscan vendrá de repente a su templo. El mensajero del pacto a quien buscan con tanto entusiasmo, sin duda vendrá», dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.»

El pueblo de Dios tenía una actitud expectante ante la venida del Señor a su templo, dice que el pueblo lo buscaba con entusiasmo y de la misma manera, nosotros, que ahora somos el templo del Espíritu Santo debemos estar expectantes y entusiasmados a la llega de Él a nuestras vidas o por su presencia en nosotros.

Hoy vamos a meditar en un salmo corto, pero maravilloso en el que vemos al salmista clamando para que la presencia del Rey de Gloria entrara al templo. De la misma manera quisiera que lo oráramos para que la Gloria de Dios llenara hoy su templo, es decir tu presencia.

Cierra tus ojos por favor y oremos: Señor, mientras meditamos en ésta, tu Palabra, quiero pedirte que nos llenes con tu gloriosa presencia, que tu Espíritu Santo pueda llenar a rebosar nuestras vidas. Quiero rogarte que quites cualquier cosa hoy que pueda impedir, que en este momento, en esta hora, Tú, amado Dios, nos ministres. Queremos vaciarnos de nosotros y ser llenos de ti. Ministra nuestras vidas, trabaja en nuestras emociones, glorifícate hoy en mí.


Leamos: 

Hechos 4:12


2 Corintios 6:7


2 Corintios 6:7