domingo, 15 de febrero de 2015

Salmo 119:65-72 TETH Triunfa a través de las dificultades

Continuamos con este recorrido por el salmo 119, hoy llegamos a la novena estrofa TETH

Te animo a escuchar los versículos que forman esta estrofa y un brevísimo consejo.





La estrofa va a enfatizar acerca del Dios bueno que hace hechos buenos hacia su pueblo, aunque en algunas ocasiones podamos vivir situaciones que son difíciles y nos afligen. El salmista ha empezado a ver las cosas de forma diferente al hombre natural, lo ve según Dios.


Comienza dando testimonio de que Dios había sido bueno para con él, y no según lo que yo considero como bueno o aceptable, sino conforme a la palabra de Dios.

El conocer que para Dios lo que hoy es bueno, mañana también lo será me da tranquilidad, estabilidad. Dios no es cambiante.

El salmista habla de pasado, así que al igual que el salmista puedo decir, Dios, bien has hecho conmigo.

El salmista tiene claro que la Palabra le ayuda y
enseña, así que pide discernimiento y sabiduría. Quiere entender claramente la Palabra.

¿Cuál es la razón que da el salmista para esta petición? cree en la Palabra, específicamente en los mandamientos,

¡Cómo nos gustan las promesas! Mi página se llama Promesas de Dios, descansa en las promesas de Dios. Las leemos y decimos ¡Aleluya!, ¡lo creo, lo recibo!. Pero, ¿qué de los mandamientos?. El salmista ha creído y se apropia de los mandamientos.

El salmista comparte con nosotros que la pasión
que hoy tiene no ha sido así en todo tiempo. Ha habido un momento en su vida en la que se descarrió, pero Dios le ayudó a volver.

¡Cuántas veces Dios usa la aflicción para ayudarnos!. Dios, a través de una situación de aflicción le llevó de vuelta, y no volvió de la misma manera, ahora guardaba la palabra.

La palabra es una lámpara en nuestro camino, una guía para no descarriarnos, pero aún así, la dejamos y Dios en su misericordia nos ayuda a volver. 

Comenzamos la estrofa diciendo que Dios le había hecho bien, pero en este versículos vemos algo tremendamente más importante. El salmista declara:
  • Dios es bueno en su carácter, en quien es, 
  • Dios es bienhechor, es decir es hacedor de bienes, hace el bien.
Ante este Dios, pide nuevamente que Dios le enseñe sus estatutos que por ende deben ser buenos ya que proveen de un Dios bueno y que hace cosas buenas para con nosotros.

En contraste están aquellos que son llamados aquí
soberbios, los que se creen superiores,

Dice que estos orgullosos, han forjado calumnia contra él. Al decirnos forjar, no enseña que no es algo que sale sobre la marcha, es algo trabajado, preparado.

Él en vez de contestar, responder con la misma necedad, siguió obedeciendo con una actitud correcta los mandamientos de Dios. Líbrame de la torpeza de no dejar que seas Tú quien me defienda.

Déjame compartir una promesa que me ha ayudado muchas veces: Isaías 54:17 nos dice "ninguna arma forjada contra ti prosperará y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio, Ésta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mi vendrá, dijo Jehová".

Confía en Dios y él va a obrar. Sigue creyendo en Él y su palabra.

El salmista también ha visto y sufrido a aquellos
que habían engrosado su corazón. La cardiopatia física ocurre cuando el corazón se engrosa, se endurece y deja de latir de forma correcta. Pues espiritualmente ocurre así, gente totalmente endurecida, impermeable a lo bueno. Aún así, el salmista seguía alegrándose en Dios y en sus mandamientos.

El salmista nos deja claro que entiende que esta oposición dura a su vida, aunque lo había afligido, humillado, Dios lo había usado para su bien, para que así aprenda los estatutos de Dios.

Necesitamos pasar por determinadas cosas para aprender. Cómo tener paciencia si todo va perfecto. Cómo ser consolados si antes no nos ha dolido nada. Cómo saber que somos mansos si nunca hemos sido atacados. Y no solo eso, sino que Dios usa determinadas cosas para que luego incluso ayudemos a otros.

Romanos 8:28 nos dice "y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".

El salmista reconoce que la ley ha sido dada por la boca de Dios. 

Unos versículos antes veíamos como de la boca
de los soberbios salían mentiras, pero de la boca de Dios salió la ley. Siendo Dios bueno y bienhechor, cómo no va a ser buena la ley de su boca.

Para él tiene el mejor y más valioso valor, más que millares de oro y plata. Quizás otros van peleando por dinero y más dinero, pero el salmista tenía su prioridad.

¿Y para ti, qué valor tiene la ley de Dios?.


Que Dios os bendiga.




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Bibliografía:

Santa Biblia - Versión Reina Valera 1960
Comentario Bíblico Mattew Henry
Comentario Mundo Hispano - Salmos
El Tesoro de David - C.H. Spurgeon

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