domingo, 18 de noviembre de 2018

Gracias por el perdón - Salmo 32

En estos días sigo pensando y agradeciendo a Dios por su gracia. Pienso en las muchas bendiciones que tenemos gracias a su gracia. 

Estaba leyendo un devocional de Tommy Moya de tema “gracia” y leía:  “Porque las inescrutables riquezas de nuestro Señor Jesucristo nunca fueron contenidas en el evangelio de ley, sino en el evangelio de la gracia...  El libro de Hebreos dice que, por causa de los sacrificios que se ofrecían no hacían perfecta la conciencia de la gente. Al sentirse otra vez con el sentido de culpa, tenían que ofrecer nuevamente los mismos sacrificios cada año. En otras palabras, todos los años era igual, la misma revelación de Dios: «Yo pecador. Tú perdonador». “

Hebreos 9:9 NTV nos dice: “Esta es una ilustración que apunta al tiempo presente. Pues las ofrendas y los sacrificios que ofrecen los sacerdotes no pueden limpiar la conciencia de las personas que los traen.” Os dais cuenta, las ofrendas y los sacrificios que traían los judíos y que daban a los sacerdotes para ofrecerlos como sacrificio, no podían limpiar sus conciencias, así cada año, venían con lo mismo. Cuántos remordimientos, cuánta condenación.

Pensé, ¡qué tremendo Dios, qué maravillosa tu gracia para conmigo, para con el creyente! ¿Soy consciente, somos conscientes de tanta gracia día a día? Que tremendo poder confesar mi pecado y ser totalmente limpia y entender que Dios echa en lo profundo del mar mis pecados, que los oculta. Llegué al punto de dar gracias a Dios por algo tan importante para mí, creo que para cada uno de nosotros, como es que en su gracia nos perdona y quita totalmente nuestra culpa.

Esto me llevó a considerar el Salmo 32, que es una salmo en el cuál se da gracias por el perdón. Es uno de los siete salmos del Salterio llamados de arrepentimiento. 

El Dr. Pagán dice “El contentamiento humano está íntimamente relacionado con el perdón de pecados y transgresiones”. ¿Estás de acuerdo? Yo sí. No hay nada que pueda abatirme más que cuando fallo y no hay nada que me traiga mayor paz que cuando pido perdón y Dios restaura mi relación con Él, porque yo sé que el pecado tiene consecuencias, dice la palabra que muerte, y muerte también de la relación con Dios y con otras personas.

Vamos a meditar en este maravilloso salmo. Es uno de mis preferidos, así que deseo se convierta a partir de ahora en uno de los tuyos.


Lo voy a dividir en los mismos apartados que lo hace el Comentario Bíblico Mundo Hispano.


  1. Pecado perdonado 
¡Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre su pecado! Salmos 32:1 NTV
Sí, ¡qué alegría para aquellos a quienes el SEÑOR les borró la culpa de su cuenta, los que llevan una vida de total transparencia! Salmos 32:2 NTV

Comienza el salmo enfatizando, ¡oh qué alegría, qué gran felicidad, qué bienaventurado son aquellas personas a quiénes se les perdona la desobediencia y se les cubre su pecado!. Yo me maravillo, porque ya hemos visto como en ese tiempo, el siervo del Altísimo nunca llegaba a la gracia del perdón que tú y yo vivimos, pero lo miraba y sentía desde la fe. Lo disfrutaba desde la gracia de Dios y la fe. ¿Te sientes así? ¿feliz, con gozo y alegría porque has sido perdonado? 

Dice el versículo 2 que no sólo me perdonó, sino que borró la culpa que estaba a mí cuenta. Sí, contra mí había un acta de decretos que nos era contraria, donde estaba anotada una a una las cosas que yo había transgredido. 

Cuándo llegamos a Dios, venimos cargados de una vida de espaldas a Él y sus principios, claramente una vida de desobediencia. Si no rompíamos un mandamiento era otro, pero un buen día, vinimos ante Él, nos humillamos y le pedimos perdón y por su gracia nos perdonó. No tuvimos que ofrecer sacrificios, no tengo que ir año trás año a llevar mi ofrenda porque sé que sé que mi ofrenda fue acepta una vez y para siempre. Alguien que me escuche podría decir, ¡qué orgullo!, no todo lo contrario, qué humildad, porque yo no hice nada, fue Cristo muriendo por mí en la cruz del Calvario, esa es mi ofrenda única y perfecta.

¿Pero esta bendición es para todos? Dice el salmista para los que viven una vida totalmente trasparente. Ojo, no es para cualquiera este perdón y este borrar completamente la culpa sino para aquellos que viven para el Señor, aquellos que le conocen, qué han entregado sus vidas a Él.

He adaptado lo que dijo Adam Clarke a esta versión. Él nos dice: “En estos versículos se mencionan cuatro males: 

1) Desobediencia, pesha, que significa pasarse de la raya, hacer lo prohibido
2) pecado, chataah, que significa errar el blanco, no hacer lo mandado; pero es con frecuencia tomado como expresión pecaminosa, o pecado en la naturaleza, que produce trasgresión en la vida.
3) culpa, avon, que significa lo que se ha desviado de su curso o situación apropiados; algo moralmente deformado o tergiversado; iniquidad, que es contrario a equidad o justicia.
4) doblez, remiyah, que significa fraude, dolo, doblez, etc. Esta versión que he tomado dice total trasparencia dónde en otras encontramos “no hay engaño”, no hay doblez.

Para quitar estos males son mencionados tres actos: perdonar, cubrir, borrar.

Ohh qué gran diferencia hace Dios. Si el hombre intenta cubrir por sí mismo sus pecados, mira lo que ocurre: Proverbios 28:13 NTVLos que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y los abandonan, recibirán misericordia.” Por el contrario, sí lo confesamos a Dios, Él en su gracia, o su favor inmerecido lo cubre para no verlo nunca, te repito, nunca más. aleluya.

Spurgeon escribió: “Y en cuyo espíritu no hay doblez. Los que son justificados de culpa son santificados de falsedad. Un mentiroso no es un alma perdonada. La traición, la doblez, la disimulación, la tacañería, son rasgos de los hijos del diablo, pero el que ha sido limpiado de pecado es veraz, sincero y simple como un niño”. Me pregunto, te pregunto ¿hay doblez de corazón en ti o en ese privilegio de perdón vives una vida de total trasparencia? Vivamos vidas que glorifiquen a nuestro Señor, vidas de total trasparencia.

  1. La tristeza por la comunión rota
Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día.
Salmos 32:3 NTV
Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. Interludio Salmos 32:4 NTV

Nos encontramos en esta porción ante una realidad terrible como es mantenernos en el pecado. ¿Por qué? David nos cuenta su experiencia con rebeldía ante la no confesión. Dice que mientras se negó a confesar su pecado, su cuerpo se consumió y gemía. Todo el día era así. Sentía la mano de Dios y de su disciplina sobre él y sintió que su fuerza se evaporaba. ¿Te has sentido así alguna vez? Esto es más consciente cuánto más hayas conocido a Dios. Porque el pecado hace en nosotros algo terrible, rompe la comunión con Dios. Cuándo te despiertas, das gracias a Dios por la seguridad de seguir con Él. Pero llega el pecado y debes ser consciente de la ruptura. No permanezcas en rebeldía sin confesar a Dios y si es necesario a otra persona tu pecado. 


  1. Confesión y comunión restaurada
Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: Le confesaré mis rebeliones al SEÑOR », ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. Interludio Salmos 32:5 NTV
Por lo tanto, que todos los justos oren a ti, mientras aún haya tiempo, para que no se ahoguen en las desbordantes aguas del juicio. Salmos 32:6 NTV
Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de victoria. Interludio. Salmos 32:7 NTV

Pero llega un momento, gloria a Dios que en su misericordia lo propicia, que nos lleva a confesar los pecados, porque no podemos vivir más esa situación. ¿y qué ocurre? ¿qué aprendemos de esta porción? Veamos. 

Primeramente nos dice,  que llegó un momento en su vida, en ese día que estaba viviendo de espaldas a Dios, sintiendo la comunión rota en la que no pudo más y confesó sus pecados, todos. No dejó nada que sintiera que pudiera haber entre Dios y él. Es más nos enseña una realidad que ocurre mientras estamos sin confesar y es que intentamos ocultar la culpa. Ohh, yo no, podrías decir. Pero piensa dentro de ti, ¿has vivido en algún momento de tu vida cuando has pecado, y has intentado ocultar tu culpa? Yo lo he vivido. Porque uno quiere ser visto como bueno siempre ¿verdad? Quizás a una persona podamos engañar, pero no a Dios, tengámoslo claro.

David, se habló a sí mismo. Tú eres muchas veces tu mayor enemigo y otras tu mayor amigo. En este caso, vemos como le ayudó, se animó a sí mismo a confesar sus pecados. Si sientes que no tienes fuerzas, o ánimos, o te da vergüenza o apuro, no te engañes más, cobra ánimo hablándole a tu vida y poniéndola con ello en orden, porque hasta ahora parece como si no lo hubiese sabido, dile a tu alma “confiesa tus pecados Dios”.

Y que recompensa encontrarás, que Dios perdona. Tenemos un Dios perdonador. No es un Dios rencoroso, nada de eso, Él es perdonador, y no solo eso, toda, no una parte, no un trocito, TODA su culpa desapareció. Aleluya. Esta es tu gracia sobre nosotros. En la introducción quedó claro que esto David lo escribió en fe y es un salmo profético porque él no experimentó esto. Pero tú y yo, sí podemos experimentarlo porque Cristo Jesús murió en la cruz para que pudiera ocurrir. Gloria a su nombre. Cuán agradecida estoy a su gracia sobre mí. El perdón es un beneficio de la gracia de Dios. 

Y llama a los justos a orar a Dios con un asunto específico, reconciliarse mientras haya tiempo, es decir, mientras el Espíritu Santo te está redargüyendo. Uno no sabe qué será de su vida en el próximo minuto y no solo eso, podemos llegar a endurecernos. 

Quisiera enfatizar que no dice, vamos, que los pecadores oren a Dios, sino los justos. Es por gracia también que somos justos. Qué tremenda bendición poder ser llamada justa ante Dios y no por nada que yo haya hecho, sino por lo que hizo Jesucristo a favor nuestro, por pura gracia.

Nos llama a orar, que todos los justos oren a ti. Qué tremendo poder el de la oración. Thomas Playfere escribió “La oración había detenido el rápido curso del sol y hecho que regresara quince grados. La oración detuvo la mano de Dios para que no hiriera a su pueblo cuando El estaba dispuesto a hacerlo. La oración, sin ninguna otra ayuda o medio, había derribado los sólidos muros de Jericó. La oración ha dividido el mar para que las aguas no alcancen a los israelitas. En este lugar, ahora, había librado al hombre fiel de todos los peligros de este mundo”.

Aquellos que han vivido esta experiencia, gozosos, quieren que otros la puedan disfrutar.  Esta es una gracia que no se agota así que no hay miedo a que muchos vengan a recibir ese favor de Dios. Es más, el hombre siente el gran impulso de compartir este gran milagro en su vida y que otros también lo puedan experimentar. 

Y termina esta porción con unas bellas declaraciones: 

  • Tú  eres mi escondite. Spurgeon escribió “El evangelio en la doctrina de la sustitución hace de Él nuestro refugio, cuando de otro modo sería nuestro Juez”. Maravilloso Dios, qué gran poder perdonador. Fountain Elwin escribió “Lo mismo sucede con referencia a la salvación del evangelio: Si Cristo es el «bálsamo de Galaad», aplícate el remedio; si es el «médico», ve a Él; si es «la perla de gran precio»,, vende todo lo que tienes y cómprala; y si es el «refugio», corre a El y ponte, a salvo; no habrán gozo y paz sólidos en tu alma hasta que El sea tu «escondedero».”

  • Me proteges de las dificultades. Qué poder más grande cuando sabemos que en medio de las dificultades es el Señor quién nos protege. Hace meses que siento unos versículos para con mi vida. Isaías 43:2-3 NTVCuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán. Pues yo soy el SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador.“ yo estoy convencida de su protección.

  • Me rodeas con canciones de victoria. Aleluya, qué diferencia en mi corazón cuando siento mi relación con Dios restaurada, siento cada día como Él me rodea guardándome 

Gloria a Dios y esto es solo una pequeña parte de lo que Dios es para nosotros.

  1. Promesa y exhortación
El SEÑOR dice: «Te guiaré por el mejor sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti. Salmos 32:8 NTV
No seas como el mulo o el caballo, que no tienen entendimiento, que necesitan un freno y una brida para mantenerse controlados. Salmos 32:9 NTV

Ahora nos encontramos con la palabra de Dios directamente. ¿Qué fue lo que dijo el Señor?:

  • Te guiaré por el mejor sendero para tu vida
  • Te aconsejaré
  • Velaré por ti
  • No seas como el mulo o el caballo, que no tienen entendimiento, que necesitan un freno y una brida para mantenerse controlados.

Qué maravillosas promesas para nuestra vida diaria, guiarnos y no por cualquier camino, sino por el qué es el mejor para mí. No debo ser rebelde nos dice, el mulo y el caballo no tienen entendimiento y necesitan mantenerse controlados. Muchas veces queremos ir por nuestros caminos, queremos ser independientes, pero Dios quiere el mejor sendero para tu vida. 

Además añade, te aconsejaré. Cuantas veces necesitamos consejo y pensamos que no tenemos a nadie o vamos buscando en persona equivocadas cuando Dios dice, te aconsejaré. Cuán agradecida estoy al Señor. Es verdad que muchas veces se usa de consejeros, de personas ungidas que Él ha levantado para ayudarnos a aconsejarnos.

Velaré por ti. ¿has velado los sueños de un niño?. Yo me estoy acostumbrando a velar los sueños de mi madre enferma. Cuando está en el hospital me siento cerca de ella, de tal manera que pueda introducir mis piernas dentro de la cama y ella pueda sentir que estoy allí, que puede dormir tranquila porque estoy allí para cuidarla. Algunas veces tengo que hacer eso en casa cuando ella se ha puesto muy nerviosa y tiene miedo, acerco el sofá e introduzco mis piernas de tal manera que me sienta con ella, velando por ella. Pues Dios vela por mí, vela por cada uno de sus hijos, de día y de noche. 

Y quiero volver a recordarte y a su vez recordarme, que no debo ser rebelde, debo confiar siempre en Dios.


  1. El secreto del verdadero gozo 
Muchos son los dolores de los malvados, pero el amor inagotable rodea a los que confían en el SEÑOR. Salmos 32:10 NTV
¡Así que alégrense mucho en el SEÑOR y estén contentos, ustedes los que le obedecen! ¡Griten de alegría, ustedes de corazón puro! Salmos 32:11 NTV

Y al terminar, va a hacer un contraste entre las dos únicas opciones posibles de la vida, por un lado, los que confían en el Señor y por otro los malvados.

Mientras que para los malvados hay muchos dolores, hay una bendición tremenda para los que confían en el Señor y es que el amor inagotable de Dios les rodea. 

Albert Barnes escribió acerca de la gran bendición que es saberse rodeado por la misericordia de Dios “Se verá rodeado de misericordia, como nos rodea el aire o la luz del sol. Hallará misericordia y favor por todas partes: en casa, fuera; de día, de noche; en sociedad, en soledad; en enfermedad, en salud; en vida, en muerte; en el tiempo, en la eternidad. Andará entre misericordia, morirá entre misericordias; vivirá en un mundo mejor en medio de las misericordias eternas.”

Tengamos en cuenta, como dice Spurgeon, que “La felicidad no es sólo un privilegio, sino que es nuestro deber.” Es verdad, es un deber, alegrarnos, gritar de alegría, estar contentos tenemos grandes y maravillosas bendiciones para ello, como puede ser, que por la gracia de Dios somos perdonados, ya no hay condenación para los que vive en Cristo Jesús.

Que el Señor os bendiga

Os espero en la próxima porción

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