miércoles, 26 de noviembre de 2014

Estudio epístola a los filipenses - Oración Fil 1:9-11


9-11 "Y esto ruego, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que discernáis lo mejor, que seáis sinceros y sin ofensa para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, á gloria y loor de Dios".


 Después de decirles que les amaba con el entrañable amor de Jesús, la oración por ellos es que crezcan en amor y no un amor sentimental, sino el que se basa en ciencia y conocimiento, es decir, basado en una profunda comprensión, madura del significado del evangelio.


El amor verdadero debe estar basado en lo correcto, "no es ciego".

1 Juan 5:3 dice "Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos"
2 Juan 1:5-6 dice ".. y este es el amor, que andemos según sus mandamientos".

Así que el verdadero amor tiene que ver con la palabra de Dios y con obedecer a lo que Él dice. No podemos separar el amor y crecer en ese amor del deleite en Dios, del anhelo por el avance de Su reino en nosotros y fuera de nosotros.
Me gusta leer que dice "más y más". NUNCA deberíamos conformarnos a como amamos hoy.

Pero el amor no va solo sino que dice que debe ir acompañado de ciencia y conocimiento. El amor tiene necesidad de un conocimiento real y profundo y además debe ser juicioso. Un amor que nos lleva a discernir entre lo verdadero y falso y lo útil de lo inútil, que nos lleva a decidirnos por lo bueno, alejando de nosotros lo que nos va a hacer daño.

¿Cuál era la meta? ¿una reunión feliz?. NO, solo cuando crezcamos en ese amor, podemos aprobar lo mejor, lo sobresaliente. Literalmente, dice "con el fin de aprobar", apropiarte de las cosas sobresalientes.

El cristiano no debería conformarse con cualquier cosa, aunque sea buena, pues está llamado a las sobresalientes.

A la hora de tomar decisiones, el amor verdadero basado en la ciencia y el conocimiento, te lleva a lo mejor, a honrar a Dios.

Y es cuando somos capaces de descubrir lo que es más sobresaliente, que llegaremos a ser:
  • sinceros: puro, limpio, probado a la luz del sol y hallados puros.
  • irreprensibles: aquellos que no ponen tropiezo a otros
  • llenos de fruto de justicia: una vida llena y fructífera, no dice de logros, reconocimientos, títulos, sino de justicia. Y la fuente de esta justicia no puede ser otro sino Cristo.
El objetivo de este cambio en nuestra vida, no es otro que dar gloria y alabanza a Dios.
Una vida llena de amor, se convierte en una vida fructífera, pura y que avanza y ayuda a avanzar a otros.

Bendiciones

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