lunes, 5 de junio de 2017

Salmo 114- Adorando al Dios que te liberta de tu Egipto particular

Nos encontramos con el segundo de los salmos del gran Hallel, cantado antes de la cena pascual. Se recita junto con el salmo 113 que como veíamos es un salmo extraordinario que te lleva a pensar y a adorar a aquel que te sacó de tu Egipto particular, del basurero según palabras de Dios para limpiarte y sentarte con príncipes. Hoy sentados en los lugares celestiales vamos a adorar con este sublime salmo a aquel que nos liberó, que tiene poder sobre la naturaleza, pero que te eligió como parte de su pueblo e instrumento por el cual demuestra su poder.

Leamos y adoremos.


Cuando salió Israel de Egipto, La casa de Jacob del pueblo bárbaro ‭‭
Judá fué su consagrada heredad, Israel su señorío. Salmos‬ ‭114:1-2‬ ‭RVES‬‬

Lo primero que lleva al pueblo es a meditar en el inicio del rescate. Tú tienes un día específico y lo tienes que tener muy claro, cuando Dios te liberó, cuando le invitaste y entró en tu corazón, agarraste su mano extendida para ti. Yo lo recuerdo perfectamente y recuerdo las palabras exactas que me llevaron a ello. Un momento tremendamente importante en la vida de cada persona, cuando pasa de la muerte espiritual a la vida, cuando pasa del reino y las garras de satanás al cuidado y Reino del Dios excelso. Si no puedes pensar en ese momento, si no has orado nunca entregando tu corazón a Él, este es un buen momento. Orarle y acepta su perdón. Si necesitas consultar algo, escríbenos y estaremos gustosos de ayudarte.

Entonces, estábamos en  el momento tremendamente importante de salir de la esclavitud de Egipto y lo que representa, el mundo, la carnalidad, el enemigo de nuestras almas, las ataduras a pasar a ser parte de la familia de Dios. La casa de Jacob pasó de ser esclavo a heredad consagrada de Dios, el señorío de Dios. aleluya. Alabado sea por siempre su nombre.

Menciona al pueblo como un todo y es que cuando nos liberta, no une a una familia, a un pueblo y no nos hace seres individuales. Gloria a Dios. Contamos con una familia, Dios es nuestro Padre y tenemos millones de hermanos repartidos por el mundo, aunque celebramos la Pascua con nuestra familia como un todo. ¿Estás unido a una congregación? ¿Eres una unidad con ellos? Esto es muy importante porque nos ayuda a no desviarnos, nos cuidan, son instrumentos de Dios para alimentarnos, exhortarnos y animanos. No dejemos de congregarnos.

La mar vió, y huyó; El Jordán se volvió atrás. 
Los montes saltaron como carneros: Los collados como corderitos. 
¿Qué tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh Jordán, que te volviste atrás? 
Oh montes, ¿por qué saltasteis como carneros, Y vosotros, collados, como corderitos? Salmos‬ ‭114:3-6‬ ‭RVES‬‬

Lo primero que recuerdan y debemos meditar es en los milagros que Dios hizo sobre la naturaleza para liberar a su pueblo. Nos lleva al Éxodo donde se abrió el mar Rojo para traer una liberación completa de los egipcios y nos lleva al Jordán recordándonos la entrada a la tierra prometida y con estos dos grandes milagros que abren y cierran el tiempo en el desierto nos recuerda que Dios hará cualquier cosa necesaria para tu libertad y entrada en sus promesas incluido la suspensión de las leyes de la naturaleza.

El salmista también recuerda al Sinaī, temblando y humeando por la tremenda presencia del Altísimo, su gloria manifestándose a un hombre, su nombre. Oh glorioso Dios que te humillaste y humillas a visitar al hombre, a obrar en gracia para un pueblo que no confiaba en ti, que era rebelde a tus ordenes. Que amor tan grande. ¿Quién como Tú? No lo hay, no lo hay. ¿Cómo no iba a obedecer la naturaleza a su Señor, cómo el monte iba a quedar igual ante tu gloria?

Hoy recordamos lo que has hecho por nosotros, como en tu misericordia nos libraste de nuestro Egipto particular, has ido derribando montes, gigantes en nuestras vidas, incredulidad, avaricia, orgullo, temores, rebeldía. Pensamos en tu gran misericordia, que nos has llevado a una tierra en la que fluye leche y miel, nos has dado promesas, propósito, libertad, nos has dado vida. Te has revelado, a pesar de nuestra rebeldía a ti, nos has llevado en tus brazos, nos limpiaste y ahora estamos aquí, agradecidos, siervos útiles a tu reino. Queremos ser obedientes y ser sensibles a tu poder y gloria manifestándose en nuestras vidas.

A la presencia del Señor tiembla la tierra, A la presencia del Dios de Jacob; 
El cual tornó la peña en estanque de aguas, Y en fuente de aguas la roca. Salmos‬ ‭114:7-8‬ ‭RVES‬‬

Que tremendo poder la presencia de Dios que tiembla la tierra, la peña da agua. Esto nos lleva a recordar hechos del éxodo, Dios revelándose a su pueblo, proveyendo, hablando de la montaña, dando los mandamientos, guiando a su pueblo con su presencia gloriosa en el tabernáculo. Destruyendo a sus enemigos. Dice la Palabra que en el éxodo sus ropas ni se estropearon. Guau. ¿Conoces la historia del éxodo? ¿Lees el Antiguo Testamento? Hay personas que no suelen leerlo y eso me impresiona. Necesitamos conocer el pasado para aprender. Todo el Antiguo Testamento nos enseña acerca de Dios, de su amor, poder. Nos revela a Cristo. Te animo a leer la Biblia completa cada año para tu crecimiento personal.

Cuando pienso en estos versículos viene a mi mente que Dios ahora vive en mí, su presencia vive en mí. Cuán privilegiada soy. Puedo sentir y ver su ayuda, provisión, guía. Cada día está queriéndome ministrar con su amor. Estoy agradecida por estos años desde que me rescataste de las tinieblas, desde que me diste vida. Gracias por los cambios efectuados en mí. Gracias por la fe y la esperanza en que seguirás cambiando todo lo que aún falta en mi vida.

Quiero terminar con una oración de Jhon Boys que quiero hacerla mía y que usted también la oréis. "Oh Señor, toca Tú los montes y que humeen; toca nuestros labios con una brasa de tu altar, y de nuestra boca brotará tu alabanza. Golpea, Señor nuestros corazones duros como pedernal, con el martillo de tu Palabra, y ablándalos con las gotas de tu misericordia y el rocío de tu Espíritu; hazlos humildes, tiernos; de carne, circuncidados, blandos, obedientes, nuevos, limpios, quebrantados, y luego, un corazón contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios".

Que el Señor os bendiga

Os espero en la próxima porción

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