martes, 1 de abril de 2014

Excelencias de la ley de Dios - Salmo 119:121-128

121 Juicio y justicia he hecho; no me dejes á mis opresores.
122 Responde por tu siervo para bien: no me hagan violencia los soberbios.
123 Mis ojos desfallecieron por tu salud, y por el dicho de tu justicia.
124 Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.
125 Tu siervo soy yo, dame entendimiento; para que sepa tus testimonios.
126 Tiempo es de hacer, oh Jehová; disipado han tu ley.
127 Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro.
128 Por eso todos los mandamientos de todas las cosas estimé rectos: aborrecí todo camino de mentira.





3 comentarios:

  1. Que contraste entre los soberbios, opresores, avaros y el siervo de Dios. El siervo acude a Dios buscando justicia, salvación, intervención, y aprecia la Palabra más que cualquier oro puro. Además en medio de la dificultad está buscando la enseñanza de Dios. Ayúdame cada día a caminar en tus rectos mandamientos y no dejes que mis pies se dirijan a camino de mentira.

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  2. Me uno a la oración del Salmista en el versículo 125: "Tu siervo soy yo, dame entendimiento; para que sepa tus testimonios."

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  3. Yo quiero disponer todo a la Misericordia de DIOS porque El es bueno y justo.
    124 Haz con tu siervo según tu misericordia, y enséñame tus estatutos.

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