miércoles, 3 de enero de 2018

Club de lectura - Evangelio de Mateo capítulo 3

1 Y en aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
Y diciendo: Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado.
Porque éste es aquel del cual fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Enderezad sus veredas.
Y tenía Juan su vestido de pelos de camellos, y una cinta de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.

Entonces salía á él Jerusalem, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán;
Y eran bautizados de él en el Jordán, confesando sus pecados.
Y viendo él muchos de los Fariseos y de los Saduceos, que venían á su bautismo, decíales: Generación de víboras, ¿quién os ha enseñado á huir de la ira que vendrá?
Haced pues frutos dignos de arrepentimiento,
Y no penséis decir dentro de vosotros: á Abraham tenemos por padre: porque yo os digo, que puede Dios despertar hijos á Abraham aun de estas piedras.
10 Ahora, ya también la segur está puesta á la raíz de los árboles; y todo árbol que no hace buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
11 Yo á la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, más poderoso es que yo; los zapatos del cual yo no soy digno de llevar; él os bautizará en Espíritu Santo y en fuego
12 Su aventador en su mano está, y aventará su era: y allegará su trigo en el alfolí, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.
13 Entonces Jesús vino de Galilea á Juan al Jordán, para ser bautizado de él.
14 Mas Juan lo resistía mucho, diciendo: Yo he menester ser bautizado de ti, ¿y tú vienes á mí?
15 Empero respondiendo Jesús le dijo: Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces le dejó.
16 Y Jesús, después que fué bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
17 Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.

Reina-Valera Antigua (RVA)
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2 comentarios:

  1. Juan a las fariseos y saduceos le habló claramente de la necesidad de un cambio en sus vidas, llamó al pueblo al arrepentimiento, incluso él reconoció su necesidad de que ser bautizado para arrepentimiento pero cuando se acercó Jesús pudo ver Su santidad y dice que se resistió a bautizarlo. V14

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  2. 8 Haced pues frutos dignos de arrepentimiento,
    Este versículo de forma sencilla nos habla de una verdad absoluta. La señal de que nos hemos arrepentidos se ve a través de la forma en que vivimos y nos comportamos diariamente. No podemos decir que nos hemos arrepentido si seguimos haciendo lo mismo. Esto nos hace fácil responder a las siguientes cuestiones: ¿Cómo se que me he arrepentido? ¿Con que lo diga con mi boca es suficiente?. Que el Señor nos ayude a ver esta realidad y podamos dar frutos de santidad.

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