Por lo tanto, recuerden ustedes los gentiles de nacimiento —los que son llamados «incircuncisos» por aquellos que se llaman «de la circuncisión», la cual se hace en el cuerpo por mano humana—, recuerden que en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Efesios 2:11-12 NVI
En estos dos cortos versículos, describen a los gentiles pero podríamos decir que me describían a mí antes de conocer a Cristo. Dice que estaba:
- separados de Cristo,
- excluidos de la ciudadanía de Israel
- ajenos a los pactos de la promesa
- sin esperanza
- sin Dios en el mundo.
Repito, separada, excluida, ajena, sin. Pero oí que Dios anhelaba que me reconciliara, que Dios ansiaba la unidad.
Dios creó a toda la humanidad a partir de una pareja y luego llegó la elección de Jacob y con ello, la separación entre israelitas y el resto, llamados gentiles.
Pablo habla directamente a los Gentiles y les dice una gran verdad, antes estaban excluidos. Tristemente por siglos, hemos sido excluidos cuándo desde el principio, Dios quiso que la bendición llegara a todo el mundo. ¿Recuerdas la bendición a Abram? En ti serán benditas todas las naciones, pero ¿qué fue lo que hicieron los judíos? Nos llamaron páganos incircuncisos. Ellos se enorgullecían de un acto que cómo dice Pablo sólo afectaba su cuerpo y no su corazón. Porque un pequeño corte en la carne no logró transformar sus corazones.
Barclay escribió “El judío abrigaba un enorme desprecio por el gentil. Los gentiles, decían, habían sido creados por Dios para ser combustible para el fuego del infierno. Dios sólo amaba a Israel entre todas las naciones que había hecho … Ni siquiera estaba permitido ayudar a dar luz a una madre gentil, pues sería simplemente traer al mundo un gentil más. Antes de la venida de Cristo los gentiles eran objeto de desprecio para los judíos. Las barreras que los dividían eran infranqueables. Si un judío o una judía se casaba con un gentil, se llevaba a cabo el funeral del joven (o de la joven) judío. Tal contacto con el gentil equivalía a la muerte.”
Qué gran tristeza, aquellos que debían ser de bendición a otros y en vez de ello, tenían una actitud de repulsa, despreció. Me pregunto ¿cuál es mi actitud hoy día por aquellos que están perdidos? ¿Busco ser vehículo de bendición, buscando reconciliar al hombre con Dios o soy barrera que los aleja? ¿predico la reconciliación?
El CBMH nos cuenta cómo se podía ver en aquella época, la hostilidad entre los pueblos:
- De modo racial y cultural los griegos llamaban "bárbaros" a los no griegos; los judíos llamaban "perros" a los no judíos; los romanos llamaban "hijos de asno" a los judíos; los samaritanos no se saludaban con los judíos; los de la circuncisión llamaban "incircuncisos" a los demás.
- De modo socioeconómico: La práctica ritual del sábado estorbaba las relaciones laborales entre judíos y no judíos.
- De modo social: La regla de trato entre judíos y gentiles era el no saludarse ni ayudarse entre sí. El silencio era una barrera de división.
- De modo religioso: Si bien los judíos evangelizaban a los gentiles, sus leyes y ordenanzas rituales exigían a éstos saltar altas barreras sabáticas, de comidas, bebidas, fiestas y peregrinaciones a Jerusalén. La barrera religioso-racial de la circuncisión era una barrera de sangre que producía creyentes en Dios de segunda clase, los temerosos de Dios”.
Los gentiles, tristemente ni siquiera esperábamos la promesa de un Mesías, y aunque desde el principio Dios dejó claro que Él quería bendecir a todas las naciones a través de Israel, ni siquiera lo había entendido Israel, así que aunque Dios se revela en todo lo creado, los gentiles, y en mí caso, yo, no teníamos ni relación con Dios, ni esperanza.
Esto me hace pensar, en los millones de personas que no conocen a Cristo y que tristemente son descritos en estos dos versículos, que hoy viven sin esperanza, sin promesas y lo más triste, sin relación con el verdadero Dios. Yo antes estaba ciega y no lo veía realmente, pero ahora que Dios me quitó el velo, reconozco que ya no podría vivir sin una relación con Dios, sin hablarle en cada situación de mi día. Yo siento que lo necesito para todo
El CBMH escribe “"Reconciliación" sigue siendo el concepto clave para el destino comunitario eterno de toda persona y de todo pueblo. Pero también lo es para el destino histórico de las naciones y tribus de nuestro superpoblado planeta. El mensaje de Efesios es un mensaje de "primera necesidad" en todas las plataformas de intentos de paz social, nacional e internacional.”
Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes estaban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo. Efesios 2:13 NVI
Dice Pablo, “Pero ahora”, Gloria por siempre a Cristo, ahora en Cristo Jesús ya no había judíos ni gentiles, ahora Dios nos había acercado por la obra de Cristo en la cruz, nos había incluido en su familia, pueblo, su nación. Me gusta Gálatas 3:28 NVI “Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.” Cristo vino rompiendo barreras y reconciliando. Os dejo una pregunta que no es del tema ¿por qué a algunos les cuesta oírme predicar porque soy mujer sí Cristo rompió las barreras? ¿por qué nos gozamos que ya no hay judío ni griego, pero te cuesta entender qué Dios rompió también la enemistad y separación entre hombre y mujer? ¿discriminas a la mujer por ser mujer?
Cristo en la cruz del Calvario entregó su vida, derramó su sangre y por ello nos acercó. Tremenda bendición. Dios me ha acercado a Él. La navidad se está celebrando ahora y se recuerda que Cristo nació, pero Él no nació para darme regalos ni comilonas sino para darse Él, dar su vida por muchos y así acercarlos a Dios. La reconciliación con Dios era la meta. ¿es tu meta que la gente se reconcilie con Dios?
Vuelvo a repetir, hoy día, el sólo pensar en vivir mi vida alejada de Cristo, de sus promesas, sin que mi esperanza esté puesta en Él y en su Palabra, viviendo sin Dios, sin una relación de amistad con Él, sería imposible, pero antes vivía así, ajena a sus promesas y tristemente no lo sabía. Digámoslo a la gente
Me pregunto también ¿estoy posicionada hoy día en sus promesas? ¿Tengo una esperanza certera? ¿Buscó cada día conocer más y mejor la palabra de Dios y sus promesas? ¿Conozco que soy embajador de Cristo? ¿ejerzo el ministerio de la reconciliación?
John Stott escribió “hay una cosa en especial que estamos obligados a recordar y no olvidar nunca: esto es, lo que éramos antes de que el amor de Dios descendiera y nos alcanzara. Porque sólo si recordamos nuestra alienación primitiva (tan desagradable como pudiera resultarnos), podremos recordar la grandeza de la gracia que nos perdonó y nos transformó.” ¿Recordamos y agradecemos de dónde Dios nos ha librado? ¿Somos agradecidos diariamente?
Porque Cristo es nuestra paz: de los dos pueblos ha hecho uno solo, derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba, pues anuló la ley con sus mandamientos y requisitos. Esto lo hizo para crear en sí mismo de los dos pueblos una nueva humanidad al hacer la paz, pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu. Efesios 2:14-18 NVI
Qué grandes privilegios tenemos en Cristo. He meditado estos días en algunas de ellas y lo compartí con ustedes en unos vídeos, pero en estos versículos encuentro algunas más de esas grandes bendiciones.
- Cristo es mi paz, en relación a que ya no tengo que tener enemistad ni con los judíos, ni con los pueblos y mucho menos con Dios. Mediante la cruz, Cristo se convirtió en el pacificador, estableciendo la paz para el hombre. Sin Cristo es imposible experimentar la paz. Puedo y debo estar en paz con Dios y con los hombres. Yo antes de conocer a Cristo, tenía serios problemas de control del carácter. Estos días atrás, alguien vino a casa para traer un chisme. Podría haberme costado muy muy caro en lo carnal pero sobre todo espiritualmente, pero gracias a Dios que ya ha puesto en mí un poco de su carácter pacificador y me mueve más la paz que la discordia. Me mueve más la bendición del de enfrente que mi justicia o la de mi hija. Dios quiere que seamos pacificadores como Él.
- Mediante su sacrificio derribó y anuló lo que nos separaba de los judíos. Antes había un muro de enemistad con el pueblo de Dios, pero ahora en Cristo ya desapareció. Él anuló la ley para poder hacerlo posible. La ley nos había separado y no solo nos había separado de los judíos, sino que también había separado a los judíos de Dios mismo.
- Cristo es mi paz y me ha unido al Padre. Tenemos acceso al Padre. Antes me encontraba sin Dios en este mundo y ahora junto a millones de distintas lenguas y naciones puedo entrar a la misma presencia del Padre. Gloria a Dios. Aleluya.
Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos De los Santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular.
En él todo el edificio, bixen armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor.
En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu. Efesios 2:19-22 NVI
Y por lo dicho anteriormente, yo hoy día no soy ni extraña, ni extranjera. ¿qué sí soy?
- conciudadana de los Santos. Gloria a Dios. ¿Sabes una cosa? No importa de qué país, ciudad me escuches, si Cristo es tu Salvador, formas parte de los santos, y compartimos una ciudadanía, la cuál está en los cielos, de dónde vendrá nuevamente Cristo nuestro Salvador. Somos el pueblo de Dios. Hace ya muchos años, cuando me convertí, meditaba en un salmo precioso, el número el 87 que dice así:
- Los cimientos de la ciudad de Dios están en el santo monte. El Señor ama las entradas de Sión más que a todas las moradas de Jacob. De ti, ciudad de Dios, se dicen cosas gloriosas: Selah «Entre los que me reconocen puedo contar a Rahab y a Babilonia, a Filistea y a Tiro, lo mismo que a Cus. Se dice: “Este nació en Sión”». De Sión se dirá, en efecto: «Este y aquel nacieron en ella. El Altísimo mismo la ha establecido». El Señor anotará en el registro de los pueblos: «Este nació en Sión». Selah Y mientras cantan y bailan, dicen: «En ti se hallan todos mis orígenes”
Recuerdo considerar que Dios mismo anotara que yo había nacido en Sion era un gran privilegio para mí. Recuerdo que lloré emocionada. Hay algo que creo firmemente: Mí nombre ha sido anotado en el libro de la vida, estoy inscrita para poder vivir en el cielo. Y no porque yo sea importante, tenga un ministerio, haya hecho algo grande, ni pagado grandes sumas, sino porque Dios mismo quiso, porque decidió limitarse a vivir en un cuerpo humano y a morir para darme una oportunidad de vida nueva. Gloria a mí Señor por siempre.
- Miembro de la familia De Dios. Somos la familia de Dios, donde Él es el Padre Amado, Jesús, mi hermano mayor, y cada uno de los Cristianos, hermanos en la fe y miembros de la familia. Hay una gran bendición en tener tantos hermanos, en poder orar con ellos y por ellos, conocer sus testimonios, cómo Dios ha transformado nuestras vidas, nos sirven de apoyo.... os quiero contar un breve testimonio. El año pasado mi madre entró en coma sin que nadie supiera la razón. Rápidamente pedí intercesión a través del wasapp. Por 5 días ella estuvo en coma y hermanos en muchos países del mundo oraron e incluso ayunaron. A los 5 días, en la madrugada en la habitación del hospital comenzó a hablar. De la misma manera que entró en el coma, salió. Nadie sabe porqué. Yo creo que la intercesión de los hermanos obró a favor. Ese es sólo un pequeño testimonio de grandes cosas que he visto hacer a Dios por la intercesión de los hermanos. Otro día os contaré cómo ví resucitar a un muerto.
- Por último, somos el edificio de Dios, un edificio en el cual, podemos ver cómo
- Se edifica sobre un fundamento. Cada miembro es una piedra que va sobre-edificando el edificio. ¿Cuál es el fundamento? La enseñanza de los apóstoles y profetas acerca de Jesús. En 1 Corintios 3:11 NVI «porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo.»
- con una piedra angular muy importante. Además, este edificio tiene una piedra angular, la cuál es Cristo mismo. Los albañiles conocen bien la importancia de la piedra angular. En nuestros días, qué se edifica normalmente con ladrillos, se coloca uno de éstos en la esquina principal y a veces como parte del fundamento, y de allí comienzan a tirar cuerdas para guiarlos al colocar los demás. Cuando es un edificio público o un templo, a veces se celebra la ocasión de colocar este bloque o piedra como el inicio oficial de la construcción. Esta piedra angular de la cuál van a depender todas las piedras restantes que se van a colocar es identificada con Cristo.
- Y además, este edificio, tiene unas características muy importantes:
- bien armado. Otras versiones dice ensamblado. El edificio, a pesar de ser formados por hombres imperfectos, es un edificio bien armado. Estas palabras sugieren la firmeza y estabilidad. El CBMH escribe “Está bien ensamblado; no hay ningún punto débil ni material falso en él, pues, todo ha sido seleccionado, preparado e inspeccionado por el Maestro Constructor quien supervisa la colocación de cada pieza en su debido lugar”.
- el cual se va levantando para ser un templo santo en el Señor. No es un edificio cualquiera sino que es un templo santo en el Señor. Un lugar apartado para Dios y además vivo, sigue día a día creciendo, levantándose. Cada vez que una nueva alma se convierte al Señor ésta se incorpora en el edificio espiritual en construcción como parte integral de él.
- Edificada para ser la morada de Dios por su Espíritu. La meta de este edificio es ser la morada de Dios. El Espíritu de Dios viene a establecerse y habitar este edificio.
Quiero terminar con una cita del CBMH que dice “El arquitecto es Dios, el constructor maestro es Jesús, y el residente principal es el Espíritu Santo, y nosotros los creyentes somos los participantes y beneficiarios de todo esto para la alabanza de la gloria de Dios.”
Qué Dios te siga bendiciendo
Os espero en la próxima porción
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