Estoy leyendo un libro devocional inspirado en proverbios. Tanto esta semana como la próxima estamos mirando que es lo que hablan las personas ya que los proverbios están llenos de consejos y enseñanza acerca de la lengua. El autor pide que escuche atentamente lo que hablan la gente a mi alrededor y trate de discernir su hay algo que debería cambiar, si debo dejar a un lado relaciones, si tengo que corregir... Este versículo es un ejemplo de lo que puede causar en nosotros las palabras habladas por otros. ¿Has notado que hay gente especialista en venir a darte noticias malas, o quejas, o crìticas? Hay personas que no son confiables en lo que hablan porque lo hacen desde su pecado, desde su herida, odio.. lo triste es que dice el proverbio que caerán en mal o en problemas y muchas veces nos solo para ellos, sino que pretenden enredarnos en ellos. Por Otro lado hay personas cuyo mensaje es medicina para nuestro cuerpo, y alma, nos animan, reconfortan. Agradezcámosles sus palabras.
Principio sabio para hoy: cuidado a quien escuchas, cuida del buen mensajero y conviértete en un buen mensajero.
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