Tenía una profesora de música que había tenido graves problemas de garganta y la había curado con miel, en diversas formas preparadas pero miel. Todos loa días nos aconsejaba tomar miel y no paraba de hablar de los beneficios. Más de 30 años después lo recuerdo.
Así actúan las palabras agradables suaves, como la miel, endulzando, sanando, curándonos. Las palabras tienen poder ya lo hemos dicho en otras ocasiones y hoy lo repetimos, las palabras amables tienen poder para tocar y sanar tanto el cuerpo físico como el alma.
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