«Doy gracias á mi Dios en toda memoria de vosotros, Siempre en todas mis oraciones haciendo oración por todos vosotros con gozo, Por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora: Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; Como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia. Porque Dios me es testigo de cómo os amo á todos vosotros en las entrañas de Jesucristo.»Filipenses 1:3-8 RVES
· Doy gracias: Pablo comienza esta porción con acción de gracias a Dios. Ser agradecidos es
algo que debemos cultivar en nuestras vidas. Pablo cuando se acercaba a Dios
pensando en los filipenses se sentía lleno de agradecimiento a Dios por ellos. ¡Qué
tremendo cuando tu vida puede llenar de dulzor a alguien, cuando el recuerdo de
vuestra relación produce satisfacción, felicidad, gozo!. ¡Tremendo!. Un recuerdo, una memoria que anima, edifica,
sostiene.
¿Es mi vida tal qué
es recordada por otros de tal forma que cuando piensan en mí dan gracias a Dios? o más bien ¿mi recuerdo les da dolor de cabeza?.