Algunos que me habéis oídos en otras ocasiones sabéis que tengo una nieta de dos años qué es mi gran amor. Puedo estar lo más baja pero cuándo ella llega y la escucho llamarme “mamá, mamá”, me siento la mujer más feliz del mundo. Me saca una enorme sonrisa.
¿Soy yo así para mi Señor? ¿Dios encuentra agrado en mí vida y mis acciones?
Algunos podrían pensar que soy presuntuosa con este pensamiento, que mi vida pueda dar gozo a Dios, pero es que la Escritura nos enseña de personajes que encontraron el agrado de Dios y es más, Dios quiere que este pensamiento se arraigue mucho en nosotros y vivamos para agradar a aquel que demostró que le éramos tan valiosos e importantes que dio su vida por nosotros.
Sofonías 3:17 NVI dice «porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos»
Dios quiere deleitarse en ti y contigo. ¿No te parece tremendo? Poder ser el objeto del gozo del Señor, de tu Padre.
Sofonías habla del juicio de Dios, un tema que pocos quieren tratar. Es ciertísimo qué va a haber un juicio, que hoy hay mucha depravación en el mundo y por ello muchos sufren pero que un día Dios le va a poner fin a esto y después, habrá como leemos en Sofonías, gozo, cánticos y alegría y el hombre agradará a Dios.
El CBMH dice “¿Cuál es su razón para vivir y la meta de su vida? ¿Un auto o una casa nueva? ¿Casarse? ¿Tener una familia? ¿Tener una profesión interesante y estimulante? ¿Divertirse? ¿No hacer mal a nadie? ¿Una combinación de todo lo mencionado? ¿Casi todas las cosas mencionadas? Pablo nos exhorta a que la razón de vivir sea agradar a Dios en todo.”
Entonces, ¿Puedo agradar a Dios ahora? ¿Quietos hacerlo? ¿Cómo puedo hacerlo? Vamos a considerar una porción de las Escrituras, la cuál han titulado, la vida que agrada a Dios. Veámosla:
«Por lo demás, hermanos, les pedimos encarecidamente en el nombre del Señor Jesús que sigan progresando en el modo de vivir que agrada a Dios, tal como lo aprendieron de nosotros. De hecho, ya lo están practicando.
Ustedes saben cuáles son las instrucciones que les dimos de parte del Señor Jesús.» 1 Tesalonicenses 4:1-2 NVI
Comienza reconociendo que lo que ha oído de ellos es que están llevando ya una vida de santidad, porque qué es una vida que agrada a Dios sí no es una vida santa pero podemos llegar a acomodarnos y por ello les va pedir que sigan progresando. ¿estás progresando no ya tanto en el conocimiento de la voluntad de Dios sino en ponerlo en práctica? Muchos, pueden acumular conocimiento pero no obedecen. Conocí hace muchos años en un viaje evangelístico o a un hombre que era teólogo, había pasado años estudiando las Escrituras y estaba en la plaza del pueblo bebiendo, mejor dicho, borracho mientras seguía bebiendo y hablando con nosotros de las Escrituras. ¿dónde estaba la obediencia?
En la vida podemos estar en tres distintas fases:
- una de ellas, es la que debe ser nuestra actitud y es creciendo, progresando cada día, que es lo que pide Dios
- Otra es estancada, o pararnos. Yo creo que esta dura un muy breve tiempo, porque todo el que deja de obedecer, termina pronto en la tercera opción
- Decreciendo, disminuyendo. Ya lo que era importante para mí espiritualmente no lo es. Dejo de obedecer en algo y ya no es tan importante obedecer la próxima vez, e iré poco a poco haciéndome inmune, haciéndome insensible.
Examina tu vida y si te hace falta, pide a tu pastor o a algún líder de tu congregación que te diga si estás creciendo o por el contrario tu vida está en declive.
Pablo, al rogarles, les dice “les pedimos encarecidamente” es decir es más que un ruego, lleva intensidad, empeño, pues es algo tremendamente importante. ¿es importante para ti si tú y tus hermanos en la fe están progresando en el modo de vivir qué agrada a Dios o no?. ¿les animas a seguir progresando o te callas para no entrar en confrontación? ¿oras por ellos?
¿cuáles van a ser las actitudes a dejar y cuáles las que debemos poner en práctica?
Primero vamos a ver cómo nos invita a dejar la inmoralidad para luego invitarnos a vivir en santidad. Leamos primeramente hasta el versículo 6
«La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios; y que nadie perjudique a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya les hemos dicho y advertido.»
1 Tesalonicenses 4:3-6 NVI
Como habíamos mencionado al comenzar, Pablo nos dice que la voluntad de Dios para nuestras vidas es que seamos santificados. Cuando aceptamos a Cristo como Salvador, nos convertimos en santos y comienza en cada vida un proceso de santificación porque instantáneamente no se nos cambia el carácter ni la personalidad, no dejamos en ese mismo instante de ser quienes realmente éramos el minuto anterior. Poco a poco vamos aprendiendo qué le agrada a Dios y qué no le agrada y al poner por obediencia la Palabra aprendida, progresamos en el proceso de santificación.
¿Qué nos pide Dios específicamente?
- que se aparten de la inmoralidad sexual. Hoy en día, cada vez está más de moda el leer libros o ver películas eróticas para poner en práctica, compartir pareja, qué me decís de encontrar placer viendo a otros en el acto sexual, y qué peor si una esas personas que están en el acto sexual es la mujer del que mira. Son prácticas más comunes de lo que quisiéramos hoy día. Hace una semana una amiga me dice: “lo estoy pasando fatal, mi nieta con 15 años se ha quedado embarazada y el novio tiene 14”. Otra amiga me dice “tengo que vacunar a mi hija de 12 años de la vacuna para el papiloma humano porque cada vez, mantienen relaciones sexuales antes. Hasta hace poco se hacía a los 14 años pero cómo han visto que cada vez comienzan antes, pues han cambiado la fecha”.. Ni os cuento, que no puedes ni decir lo que dice la Palabra de Dios sobre el lesbianismo, la homosexualidad o la transexualidad porque entonces la gente te llama de todo. Y no es dar una opinión, sino decir qué dice la Palabra de Dios respecto a esto. Y claramente dice aquí, apártate, aléjate. No, no todo es bueno ni válido. Y la inmoralidad sexual sólo va a traer a tu vida dolor, relaciones rotas, divorcios. Y tristemente en el divorcio no sólo sufre el que ha fallado, sino muchas más personas que están relacionas, los hijos principalmente.
- que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios. Pues un poco más de lo anterior. Hay gente que dice “mi cuerpo pide marcha, marcha” pero Pablo y Dios dicen “tú puedes controlar tu cuerpo, tú puedes vivir de una manera honrosa y porque no lo hagan los demás no tienes porqué no hacerlo tú”. La pureza, la abstinencia hasta el matrimonio, el ser fiel al matrimonio deben ser lo que vivan los creyentes.
- que nadie perjudique a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. Recuerdo cuándo yo iba al instituto con 14 años que la presión era “¿tú fumas?”, tristemente hoy día es “¿tú eres virgen? Conozco a padres “tan modernos” que compran a su hija con 17 años una cama de matrimonio para que se quede el novio a dormir. Luego se queda embarazada y al padre le da una arritmia porque no está contento ya que su hija es muy joven para quedarse embarazada. Hoy día tristemente los padres perjudican a sus propios hijos siendo permisivos y muchos queriendo ser “modernos”. Cómo padres tenemos la responsabilidad de enseñar la verdad, y a lo blanco llamarlo blanco y a lo negro, negro y que nuestras vidas, familias y casas Sean santas entregadas a Dios. ¿y sí mí hijo no es creyente y mantiene relaciones con su novia, ¿lo rechazó? No, pero tú casa es santa. ¡Y di es homosexual? No lo vas a rechazar evidentemente. Todos tenemos libre albedrío pero debemos decir la verdad con amor. Y orar mucho dando ejemplo.
La Escritura continúa diciendo:
«Dios no nos llamó a la impureza, sino a la santidad; por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre, sino a Dios, quien les da a ustedes su Espíritu Santo. 1 Tesalonicenses 4:7 NVI
El versículo 7 quiere dejar muy claro que lo que Dios quiere para tu vida es la santidad y no la impureza. Rechazar estas instrucciones no es rechazarme a mí ni a lo que creo, es rechazar a Dios y a su Espíritu Santo. Un hijo que no cumple no te rechaza a ti sino a Dios. Tengamos cuidado que compartamos siempre la verdad. Recuerdo hace años leyendo que un padre no creyente había sufrido mucho porque su hija creyente se casaba y no permitieron entrar en la congregación. ¿Sabes cuál fue el motivo?. Este hombre tenía bigote. Eso son mandamientos de hombres y no De Dios. Tengamos cuidado.
Continuemos:
En cuanto al amor fraternal, no necesitan que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros.
En efecto, ustedes aman a todos los hermanos que viven en Macedonia. No obstante, hermanos, les animamos a amarse aún más, a procurar vivir en paz con todos, a ocuparse de sus propias responsabilidades y a trabajar con sus propias manos. Así les he mandado, para que por su modo de vivir se ganen el respeto de los que no son creyentes, y no tengan que depender de nadie.»
1 Tesalonicenses 4:8-12 NVI
Comienza diciendo que no necesitan que les escriba acerca del amor fraternal ¿cuál era la razón? Dios mismo ya les había enseñado. Todos de alguna manera hemos sido enseñados por Dios a amar al prójimo puesto que su Espíritu Santo vive en el creyente y Dios es amor, así que tan sólo debemos dejar que sea el Espíritu de Dios dirigiendo nuestra vida y no nosotros.
Había testimonio de que ellos amaban a los hermanos que vivían en Macedonia pero les pide que crezcan más en ello, en amarse aún más. Siempre hay más para crecer, para amar mejor.
Uno de los problemas entre los tesalonicenses es que había alguna confusión entre ellos tocante al regreso del Señor. Como resultado, algunos decían que si Cristo viene pronto, entonces, ¿para qué vamos a trabajar? Además, se entrometían en los asuntos de otros imponiéndoles sus creencias. Entonces va a decirles algo que les ayudará a amar a los demás
- a procurar vivir en paz con todos. Esto es válido también para nosotros. Siempre hay alguien que te malinterpreta. Hoy posiblemente alguno puede enfadarse por lo que digo porque cree que digo lo que digo pensando en este o aquel y no. Los ejemplos que he dado son verdaderos pero ninguno de ustedes aquí. “No estemos con la escopeta cargada” cómo se dice en mi tierra, es decir preparados para responder porque me van a atacar sino más bien debo procurar vivir en paz con todos. Esto es difícil al principio pero luego se hace fácil porque es tu manera natural de reaccionar.
- a ocuparse de sus propias responsabilidades. Cada uno tiene una responsabilidad en el reino y cada uno debe buscar hacer su propósito porque así me amas. Si mi llamado es enseñar y no lo hago, no os estoy amando.
- a trabajar con sus propias manos. Antes decíamos que cómo esperaban el regreso de Jesús, ¿para que iban a trabajar? De alguna manera esto les hacía ser carga para los demás porque tendrían que ayudarle. Cada hermano debe buscar trabajar porque es bueno y porque así proveen tanto para la familia natural como para la espiritual. ¿Cuándo trabajo amo a mi hermano? ¿cómo? Con mis ofrendas a los necesitados y con mis diezmos y ofrendas a la congregación para que se pueda mantener el local, luz, agua, gastos, así como ayudar a sostener a los pastores que no trabajan para bendecir vuestras vidas.
Y termina diciendo que lo que les está pidiendo, les va a ayudar evangelísticamente ya que cuando los no creyente vean cómo nos comportamos, nos ganaremos su respeto y además, para que no tengamos que depender de otros.
Que el Señor os bendiga
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