Señor gracias te doy en este día por haberme escogido, por haberme adquirido a precio de tu sangre. Señor tu Sacrificio fue para que yo formara parte de tu pueblo, y no un pueblo cualquiera, sino una nación santa, apartada para ti, para honrarte, obedecerte, que mi vida te diera gloria y honra. Tú quieres que hoy pueda trabajar para ti, servirte, ministrar a la gente. Ayúdame cada día a hacer tu voluntad.
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