El título del Salmo en algunas Biblia dice “Su oración cuándo estaba en la cueva”.
Las oraciones fueron incluidas en las Escrituras para traer perspectiva, ánimo, así que la vamos a meditar en este día teniendo en cuenta esto.
¿cómo serían los sentimientos de David cuándo estaba en la cueva? Él normalmente iba a la cueva a esconderse cuándo lo perseguían, cuándo querían destruir su vida. También puedes entrar en una cueva espiritual cuándo sufres una pérdida, estás enojado por mucho tiempo, resentimiento, enfermedad larga y dura, conflictos. ¿cómo te sentirías en esa situación? ¿te sientes hundido? ¿humillado? ¿menospreciado? ¿triste? Quizás te siente hoy día así, o quizás conoces a alguien así. Te animo a hacer tuya esta oración ya sea por ti o por otra persona.
Para comenzar, quiero leeros 1 Samuel 22:1-2 que dice:
David se fue de allí y se dirigió a la cueva de Adulán. Cuando sus hermanos y toda la familia de su padre lo supieron, fueron a verlo. Y lo supo también mucha gente afligida, y otros con muchas deudas, o presas de gran amargura, y se le unieron unos cuatrocientos hombres y lo hicieron su jefe. 1 Samuel 22:1-2 RVC
Cuándo David huye de Saúl va a la cueva de Adulán y quizás cree que allí va a encontrar descanso, seguridad, pero cómo veis se le unen mucha gente, unos cuatrocientos.
Aquí nos dice la gente, léase sentimientos, que acompañan a David en la cueva:
- su familia, qué sí leéis su historia, le menospreciaban, le consideraban inferior
- Afligidos
- Endeudados por lo tanto ansiosos, preocupados, agobiados
- Amarguras
Además, esos 400 podríamos decir, fracasados y descontentos, que estaban sin organización, le hicieron jefe. Eso era lo que le faltaba ya a David, por sí tenía poco, ahora liderar a un gran grupo de personas en dificultades, ¿podríamos decir fracasados según el mundo?
¿Cómo dice la oración que se encuentra? ¿qué podemos aprender? ¿qué podemos orar?:
Con mi voz clamo al Señor; con mi voz le pido su misericordia. Salmos 142:1 RVC
En su presencia expongo mi queja; en su presencia expreso mi angustia. Salmos 142:2 RVC
Lo primero que vemos es un clamor por la misericordia de Dios para con su vida y su situación. En medio de la cueva vienen sentimientos de desánimo, depresión donde todo parece oscuro, sin mucho aire. Y el salmista no está pasivo ante esa situación sino que clama a Dios por un cambio. Y solo piensa en que ese amor de Dios pueda cambiar la situación, su situación.
La Palabra que se usa para clamar, realmente se debería traducir por “dar alaridos”, gritar fuerte. En la cueva tocamos fondo y es importante ver nuestra realidad porque sí no es así, no vamos a poder salir, porque no queremos salir.
Así que lo primero que podemos ver es que para cambiar nuestra triste situación tenemos que querer que cambie. Es triste pero muchas veces quedamos atascado en la cueva porque no nos proponemos salir de allí. Y para salir hay que dar pasos efectivos, cómo en este caso empezar clamando a Dios.
Segundo, buscar que Dios restaure la visión que Él tiene de nosotros despojando esa visión negativa que tenemos de nosotros mismo. Eso es algo que estos días me ha hablado Dios por varios devocionales, entre ellos uno que compartía Inma con nosotros por el wasapp dónde nos recordaba que debemos vernos como las princesas de Dios que somos y esto también es para los hombres que son los príncipes de Dios.
Tercero, seamos sinceros con Dios, seamos honestos. El salmista expuso su queja, su angustia ante Dios, hagamos lo mismo. ¿sabes que a la gente en depresión encima les da vergüenza sentirse así?. Y tristemente la vergüenza y el aislamiento hace que la situación sea aún más grave. Hablemos abiertamente y con sinceridad ante Dios de como nos sentimos. Seamos francos con Dios. No nos vayamos por las redes, no nos quedemos con cosas dentro de nosotros que nos van a dañar, sino más bien, despojémonos de todo peso y cualquier cosa que nos asedie en la carrera que tenemos por delante. En una cueva tenemos poco recorrido, si no clamamos a Dios con sinceridad no vamos a ver cambios.
C.H.Spurgeon escribió “Derrama tus pensamientos, y verás lo que son; muestra tu aflicción, y se te hará patente la extensión de la misma; que todo sea hecho delante del Señor, porque en comparación con la gran majestad de su amor la aflicción parecerá casi nada.” Repetimos, No te avergüences por como te sientes sino exprésalo ante el Dios de misericordia.
Cuando estoy por rendirme, tú, Señor, sabes por dónde debo ir. En mi camino me han tendido trampas. Salmos 142:3 RVC
La cueva es un lugar de aislamiento, dónde te refugias pero dónde inevitablemente tienes que dejar de hacer todo lo que te gustaba fuera, lo que hacías con normalidad. Cuánto más tiempo estemos en ese aislamiento y perdiendo cosas qué eran parte de nosotros, de nuestra identidad, vamos a ir entrando más profundamente en ese hoyo. Y si no ponemos pies en pared, vamos hasta el punto de rendirnos. El salmista sabe que eso sería un verdadero desastre, así que dice: cuando estoy en ese instante de rendirme, sé que Tú Señor sabes el camino para salir de esta situación, sabes por dónde debo ir. Reconozcamos que no sabemos realmente por dónde tirar, pero que para Dios no hay nada oculto.
David conocía que el enemigo le había puesto trampas para que cayera. ¿sabes que tienes un enemigo que quiere tu total destrucción? Es así. No debo tener temor por ello porque El que está conmigo es más fuerte que el que está en el mundo pero debo tener claridad sobre esto para estar atenta y no caer en las trampas. A veces el enemigo puede incluso llevarnos al extremo de no querer movernos no vaya a ser que caigamos en las trampas ocultas. Pidamos sabiduría a Dios. En nuestro caminar no debemos ir a ciegas sino cada día en el reconocimiento de la sabiduría del camino correcto para nosotros. Las trampas nos pueden paralizar, o por miedo, o por caer en ellas, pero podemos con la ayuda de Dios descubrirlas.
Miro a un lado y me doy cuenta de que a nadie le intereso; refugio no tengo, y a nadie le importo. Salmos 142:4 RVC
Quizás no cuentes nada más que con Dios, pero ya sales ganando. Sí en la dificultad los amigos ya no están, déjalos ir, no eran realmente amigos. Es fácil estar en la bonanza, cuándo todo está no bien sino excelente, pero en la dificultad, la mayoría desaparece. ¿lo has vivido? David se sentía así y déjame decir que no perdemos nada con los que se van porque aquel que no es fiel, no lo necesitamos en nuestra vida.
Señor, yo clamo a ti, porque tú eres mi única esperanza; ¡eres todo lo que tengo en esta vida! Salmos 142:5 RVC
¡Atiende mi queja, porque estoy desesperado! ¡Líbrame de los que me persiguen, pues en fuerzas me superan! Salmos 142:6 RVC
¡Líbrame de la angustia que me oprime, y así podré alabar tu nombre! Así me rodearán los hombres honrados al ver que me has tratado con bondad. Salmos 142:7 RVC
Y David va a terminar su oración clamando a Dios. Le había conocido como su única esperanza, todo lo que tenía en la vida y desde luego no estaba dispuesto a dejarlo.
Quizás no le había quedado ningún amigo, pero contaba con la ayuda de Dios. Él había puesto esperanza en el corazón de David. Eso ya cambia todo. Antes estaba sin esperanza y ahora había iluminado el Señor su ser. Si no has estado desanimado, da gloria a Dios porque no sabes lo que es no tener esperanza, es lo más triste. Pero mejor es entender qué Dios es todo lo que tenemos.
Déjame decirte qué Dios siempre siempre va a estar, Él ha prometido no dejarte, ni abandonarte. Dice quizás una madre no lo haga, pero aún sí lo hiciera, Yo no te dejaría, no te abandonaría. Esa es la verdad, la realidad de los hijos de Dios, que saben que saben qué Dios está eternamente y para siempre con ellos. Si es así como te siente, háblale a tu espíritu y dile que Dios es fiel contigo, qué Él te guarda.
C.H.Spurgeon escribió “El tener a Jehová como refugio es algo importante, pero el tenerlo como nuestra porción lo es todo. Si David no hubiera clamado, no lo habría dicho; y si el Señor no hubiera sido su refugio, nunca habría sido su porción.”
David, continúa pidiendo a Dios que le escuche, que le ayude porque literalmente dice estar desesperado. Su problema era grande, se sentía en desventaja de fuerzas. Aquellos que le perseguían eran más. No sé cómo te sientes tú, si sientes que tienes o no fuerzas, pero cuándo uno está desesperado hasta las fuerzas le fallan.
Él sentía que la angustia lo oprimían y así no podía avanzar, ni adorar. Necesitamos pedir a Dios que quite lo que puede estorbar a la adoración, porque no es solo que uno se siente oprimido, sino que le impide hacer la máxima de su vida que debe ser adorar a Dios.
Continúa y finaliza diciendo, si me tratas con bondad, lo van a ver gente honrada y van a rodearme. Comenzaba siendo rodeado por aflicciones, amarguras, pero Dios terminó cambiando a David y a aquellos que lo rodeaban con el nombre del grupo de valientes, 30 valientes esforzados.
Terminemos diciéndole al Señor que es todo lo que tenemos, que su Luz ilumine tu vida y puedas llegar a ver qué con Él estás completo.
Que el Señor os bendiga
Hasta la próxima porción
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Gracias al SEÑOR por ésta valiosa enseñanza. Es de gran Bendición para mi vida. Que nuestro Buen DIOS les bendiga abundantemente!!!
ResponderEliminarGracia señor por que tu nos habla atraves de tu palabras
ResponderEliminarQue bonita palabra solo Dios nos puede ayudar gracias porque está palabra me ayudó mucho
ResponderEliminarExelente explicacion
ResponderEliminarHermosa reflexión, esto nos ayuda a fortalecer nuestras vidas.gracias x compartir, y el señor derrame mil bendiciones a su vida.
ResponderEliminarEsta palabra me bendice hoy. Encontré la descripción de mi angustia en el verso 4 ..."no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida"... Tengo que volcar mi clamor delante de Dios, que me sacará de la cárcel para que lo alabe. Entonces me rodearán los justos. Señor: no te tardes...
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