Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al abismo, metiéndolos en tenebrosas cavernas y reservándolos para el juicio. Tampoco perdonó al mundo antiguo cuando mandó un diluvio sobre los impíos, aunque protegió a ocho personas, incluyendo a Noé, predicador de la justicia. Además, condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra, y las redujo a cenizas, poniéndolas como escarmiento para los impíos. Por otra parte, libró al justo Lot, que se hallaba abrumado por la vida desenfrenada de esos perversos, pues este justo, que convivía con ellos y amaba el bien, día tras día sentía que se le despedazaba el alma por las obras inicuas que veía y oía. Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio. 2 Pedro 2:4-9 NVI
Estos cuatro últimos días hemos visto cómo funcionaba la justicia De Dios en el Antiguo Testamento. Hemos visto ejemplo a ejemplo para saber de qué se trataba pero para entender lo que Pedro está queriendo decir, hemos de leer todos los versículos a la vez. En estos versículos vemos cómo Dios a Lot y a Noé libró y no a los ángeles, el mundo en tiempos antiguos y a Sodoma y Gomorra. ¿cuál es la diferencia? El Señor sabe librar de la prueba a los que viven conforme a Su voluntad. Es decir, no sé libró Lot o Noé, fue el Señor el que los libró y de la misma forma anhela librar a muchos. Cada uno debe elegir qué tipo de vida quiere vivir y eso afectará a su futuro y a cómo será su relación con Dios y Su justicia.
Te animo a rendir tu vida al señorío del Señor Jesucristo y vivir la vida que Él ha planificado para ti.
Qué Dios te bendiga
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