Una fe tan preciosa

Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo han recibido una fe tan preciosa como la nuestra.

2 Pedro 1:1 NVI

Pedro va a escribir su segunda carta para los que han recibido la misma fe que ellos y la llama,  preciosa. ¡Qué gran privilegio tenemos de poder haber recibido esa fe, sumamente valiosa!

Os cuento que cuándo rendí mi vida a Dios, fue en una reunión y oí cómo Dios me decía “sí tan sólo crees que existo, ven a mí”. No tenía mucho, pero tenía algo tremendamente importante y valioso, una pequeña medida de fe depositada en la Persona más grande que pueda existir, en Dios, el Creador de todo. 

Él me dio esa pequeña medida de fe. No venía de mí. Esa pequeña medida de fe transformó totalmente mi vida, quiere transformar totalmente la tuya. La Escritura dice que la fe crece al oír la Palabra De Dios. Por eso para mí entre otras cosas, es tan valiosa la Escritura. Porque me revela a mí Amado, su camino, sus mandamientos y mucho más, pero, es sumamente importante, porque cada día, cuándo leo Su Palabra, cuándo medito en ella, cuándo la creo y la vivo, crezco en fe. Aleluya. Debo acercarme cada día a Su Palabra con fe, es decir con confianza que mi fe crecerá. 

Y dice este versículo, que hemos recibido esa fe por la justicia del Señor Jesucristo, al cuál llama Dios y Salvador. Primero, Dios es justo y por eso, todos pueden recibir esa fe. No es para unos sí y para otros no, eso haría a Dios injusto. Segundo y tremendamente importante es la claridad con la que Pedro llama a Jesús Dios. 

Oro para que muchos puedan recibir la revelación de que Jesús es Dios, al igual que el Padre y el Espíritu Santo. Oro para que muchos puedan recibirlo como su Salvador. Doy gracias a Dios por la revelación que me ha dado a mi vida, gracias mi amado Señor y Salvador. Te doy gracias por darme esa fe que me ayudó a rendir mi vida ese día. Gracias porque aunque no conocía mucho, me ayudaste a conocerte y a entregar mi vida. Gracias porque puedo decir que siempre, cada día me has sido fiel. Una vez más Señor, te ruego que muchos puedan entregar sus vidas a ti.

Qué Dios te bendiga mucho 

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