Si hay una palabra que tengo en mi corazón este año es GRATITUD, gratitud a Dios por sus muchos beneficios diarios a mi vida, gratitud hacia personas que han aportado y aportan a mi vida diariamente mucha riqueza espiritual, emocional e incluso material.
El otro día leía 2 de Corintios en la versión Nueva Traducción Viviente y el versículo 10 dice así: “Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría. Somos pobres, pero damos riquezas espirituales a otros. No poseemos nada, y sin embargo, lo tenemos todo.” Quiero enfatizar el punto B del versículo y os lo repito: “Somos pobres, pero damos riquezas espirituales a otros.” Guau. Me tocó muchísimo.
Durante casi 25 años trabajé con fidelidad en una empresa que me pagaban muy bien hasta que la cerraron. Dios había puesto en mí, un corazón generoso, así que podía dar con generosidad a gente que necesitaba. Ahora que no trabajo, no tengo economía para poder dar dinero y eso de alguna manera, ha cambiado un poco mi persona, pero yo puedo dar mucho más que dinero a la gente, puedo dar mi tiempo, mis conocimientos, mi ayuda, mis oraciones. El versículo dice que aunque soy pobre en lo material puedo y de hecho Dios me ha creado y preparado, para dar mucho en lo espiritual, para poder enriquecer a otros. Y eso no solo quiere hacerlo conmigo, quiere hacerlo contigo. Alabado sea el Señor.
De este versículo escribí una frase de gratitud a Dios en una foto que decía: “Te doy gracias mi Dios, por capacitarme para enriquecer espiritualmente a otros”. Una persona que no había entendido que lo que escribí al principio del texto era un versículo me escribió: “Hay que tener cuidado con eso de enriquecer a otro, Porque sólo Dios da el crecimiento.” Bueno, la Palabra deja claro que Dios da el crecimiento pero también la Palabra deja claro que yo puedo y debo enriquecer espiritualmente a otros. Un ejemplo de ello debe ser a través de este estudio, y yo debo estar agradecida a todos los que han escrito libros que he leído, a todos los que me han predicado u orado por mí, porque sí, yo sí reconozco que me han enriquecido, me han enseñado. El mismo Pablo dejó que el Espíritu Santo le guiara y escribiera para que hoy tú y yo seamos enriquecidos. Yo soy muy enriquecida diariamente por los escritos y devocionales que otras personas han escrito.
Así que lo primero que quiero hoy decirte es: Tú puedes y debes enriquecer a otros.
¿Es solo esto lo que debe ser característica de tu vida? Para nada. Hoy vamos a estar meditando en algunas de estas cosas que estaban en la vida de Pablo pero que también deben estar en la vida de cada uno de nosotros porque a eso hemos sido llamados todos.
Dice el versículo 3 de 2 Corintios 6 en la NTV “Vivimos de tal manera que nadie tropezará a causa de nosotros, y nadie encontrará ninguna falta en nuestro ministerio.” Uff. ¿Tú y yo vivimos de tal manera que nadie tropieza por nosotros, que nadie encuentra ninguna falta en nosotros? Tristemente tengo que decir que aún tengo que cambiar determinadas cosas en mi vida. No me conformo a ser como hoy soy porque tengo claro que hasta el último día aquí, hasta el día de mi partida para estar con el Señor por la eternidad, necesito cambiar.
Quiero meditar en los versículos del 6 al 10 y orarlos para mi vida, buscando que al igual que estaban en la vida de Pablo estén en mí. Si tienes ganas de cambiar esto es para ti, ora al Señor y busca que cada característica sea una realidad en tu vida.
Leamos los versículos:
“Demostramos lo que somos por nuestra pureza, nuestro entendimiento, nuestra paciencia, nuestra bondad, por el Espíritu Santo que está dentro de nosotros y por nuestro amor sincero. Con fidelidad predicamos la verdad. El poder de Dios actúa en nosotros. Usamos las armas de la justicia con la mano derecha para atacar y con la izquierda para defender. Servimos a Dios, ya sea que la gente nos honre o nos desprecie, sea que nos calumnie o nos elogie. Somos sinceros, pero nos llaman impostores. Nos ignoran aun cuando somos bien conocidos. Vivimos al borde de la muerte, pero aún seguimos con vida. Nos han golpeado, pero no matado. Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría. Somos pobres, pero damos riquezas espirituales a otros. No poseemos nada, y sin embargo, lo tenemos todo.” 2 Corintios 6:6-10 NTV
Vamos a meditar dividiendo estos versículos en varias áreas:
- cualidades mentales que Dios nos da
- cualidades del corazón que Dios nos da
- el equipo que Dios nos da para la predicación del Evangelio
- algunos de los grandes contrastes con que nos encontramos en nuestro servicio a Dios
Primero, cualidades mentales que Dios nos da:
- Pureza. La Palabra que se usa es “hagnótês” Barclay nos dice acerca de ella “la definían los griegos como <evitar cuidadosamente todos los pecados contra los dioses; servir y honrar a Dios como exige la naturaleza, prudencia del máximo calibre y limpieza de toda mancha de carne o de espíritu>. Es de hecho la cualidad que le permite a una persona entrar a la presencia de Dios”. Ante esta descripción tenemos que pararnos un poco y meditar si realmente tenemos esa pureza de espíritu que realmente deberíamos porque es posible para el hombre. Es una palabra amplia como vemos ya que habla de evitar pecados contra Dios, servirle, honrarle. ¿Es tu relación así de amplia?
- Pecar contra Dios. En nuestro caso no hablamos en plural porque nosotros tan sólo tenemos un Dios. Adoramos a un solo Dios en tres personas. ¿estás obedeciendo la Palabra de Dios? ¿estás leyendo y estudiando la Palabra de Dios?
- Servir y honrar a Dios. Te pregunto: ¿estás sirviendo a Dios? Sé específico y no te engañes, ¿cómo le sirves?. Si no eres capaz de decir una cosa es que no le estás sirviendo.
- También habla de tener prudencia. Eso es algo que muchas veces nos hace falta para no caer en pecado. Si tan solo fuéramos prudentes nos libraríamos de muchos fallos. Por otro lado, veo al que no hace nada por ser demasiado prudente. Busquemos la verdadera prudencia de Dios.
- Por último nos dice: limpieza de toda mancha de carne o espíritu. Santidad. Me cuesta mucho entender muchas veces la falta de compromiso con la santidad de las personas. Santidad implica no tener sólo tu relación en orden con Dios, también tiene que ver cómo tratas al prójimo. ¿Respetas? Quiera Dios que yo pueda respetar porque me han dañado tanto, por falta de respeto a mi persona y ministerio. Muchos por mi forma de contestar o reaccionar a su falta de respeto me han atacado, yo he terminado teniendo la culpa He tenido que cambiar porque era verdad, no estaba bien, eran manchas que afectaban mi pureza. Necesito cada día seguir quitando cualquier cosa que me lleve a pecar ¿cómo ves tu vida?
- nuestro entendimiento o conocimiento, como otras traducciones nos dicen. La palabra usada es gnosis, conocimiento de la cosas divinas. Barclay dice que “es el conocimiento que desemboca en acciones”. Es decir, es más que aprender y aprender. Es aprender y poner en práctica. ¿Es esto realidad en tu vida, en tu diario caminar? ¿Pones en práctica lo que vas aprendiendo? Hay cosas que son fáciles de llevar a cabo, pero a veces llegamos al perdón por ejemplo y es algo que a muchos les cuesta. El otro día hablaba con una chica que ha descubierto la infidelidad de su esposo. Le ha perdonado rápidamente dándole una oportunidad y buscando la sanidad para el alma, emociones y espíritu de él. Eso es aplicar el conocimiento del perdón de una manera muy práctica. Por otro lado, anoche precisamente, un hombre que estaba escuchando un vídeo acerca de la relación entre la falta de perdón y la oración, escribía “yo no perdono jamás”. Había escuchado el vídeo entiendo después de buscar un tema específico porque no es un tema reciente, había adquirido conocimiento, pero este no había desembocado en acciones. Es triste porque la Palabra De Dios en Santiago 4:17 NTV nos dice “Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.”
- nuestra paciencia. La palabra usada es “makrothumia” y se refiere a la paciencia con las personas. Hay personas con las que necesitamos aplicar paciencia para su trato, pero no solo es paciencia que aguanta y aguanta, sino el que aguanta y obra para que cambie la situación. Las personas que tienen esta cualidad del Espíritu Santo en su vida no se alejan de sus metas y convicciones, no se dan por vencido. El CBMH nos dice “la palabra sugiere la idea de aguantar duras experiencias sin ira y sin vergüenza”. Debemos orar al Espíritu Santo para que aumente esta característica en nuestras vidas aunque para ello tengamos que soportar inconvenientes y problemas pero esta paciencia nos hace fuertes y perseverantes.
Segundo, cualidades del corazón que Dios nos da:
- nuestra bondad o benignidad. Es la palabra “jrestótês” descrita como “la simpática amabilidad o dulzura de temperamento que hace que los demás se sientan a gusto y que no causaría un disgusto por nada en el mundo”, “es la cualidad del que piensa más en los demás que en uno mismo”. Guau. Es una cualidad muy importante. Y de hecho es una de las características de Dios y también una de las partes que componen el fruto del Espíritu Santo en la vida del creyente. Muy importante para relacionarnos con el prójimo y es que cada día el mundo te va enseñando a falsear y pisar a los demás con tal de avanzar en la vida. Pero Dios no quiere eso de nosotros, sino todo lo contrario, Dios busca que seamos amables, bondadosos con los demás. También debemos orar que el Espíritu Santo haga crecer en nosotros esta cualidad de Dios en nosotros.
- el Espíritu Santo que está dentro de nosotros. La dependencia total que tenemos o deberíamos tener del Espíritu Santo. Debemos siempre estar sujetos y sometidos a Él. Él nos enseña, guía, ministra. No es una cualidad que Dios nos da sino su persona en nosotros. Si no has experimentado nunca la llanura del Espíritu Santo, el ser bautizado en el Espíritu Santo, ora pidiendo a Dios esa experiencia, Él quiere derramarse en ti. Si quieres que oremos por ti, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
- por nuestro amor sincero. La palabra usada aquí para amor es agápé. En 1 Corintios nos encontramos las características de este tipo de amor. Leamos “El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.” 1 Corintios 13:4-7 NTV. Tenemos que trabajar para que este tipo de amor, sincero, ‘no fingido esté creciendo día a día en nuestras vidas. Es interesante que diga “sincero” y es que tristemente hay mucha hipocresía en el mundo y el creyente debe despojarse totalmente de ella y llenarse de este tipo de amor que también es una de las características del fruto de Espíritu Santo. Déjame compartirte lo que Barclay escribe acerca del amor ágape “describe a ese espíritu que, no importa lo que otra persona le haga: no busca jamás sino el bien supremo de aquella persona, y así con todas; jamás abrigará pensamientos de venganza, sino recibirá los desprecios e injurias con una buena voluntad inalterable”. Debemos orar mucho a Dios para que pueda llenarnos de ese amor. Él es amor y solo si nos despojamos de nosotros mismos y nos llenamos de Dios seremos capaces de poder amar al prójimo como Cristo nos amó a nosotros.
Tercero, el equipo que Dios nos da para la predicación del Evangelio:
- Con fidelidad predicamos la verdad. Cuán importantes es la fidelidad a la hora de compartir la verdad del Evangelio de Dios. Hemos sido llamados a compartir las Buenas Nuevas. Es un gran privilegio ser los voceros de Dios, pero también es una gran responsabilidad. Aquí quiero resaltar las palabras que usa. Fidelidad, predicar, verdad. Nos ha sido encomendado un trabajo muy específico y se nos pide que lo hagamos, no cuando nos interese, o nos venga bien, sino con fidelidad y eso debe conllevar cada día, en toda oportunidad, a cada momento. Piensa en tu vida si no hubieras escuchado el Evangelio, ¿querrías que te compartieran?¿querrías que tuvieran paciencia contigo? Yo sí. Muchas veces me hablaron, me invitaron y no quise saber nada. Fue la fidelidad de mi hermano que me llevó hasta la conferencia donde Billy Graham predicó y compartió la verdad. Dios abrió mis ojos espirituales y me cambió. Gloria a Dios. Tenemos un mensaje claro e importante, la palabra de verdad. Podemos pasar tiempo hablando con personas y no hablar de la verdad de Dios porque cuesta decir a la gente que está en pecado, que está perdido, pero aunque cueste es necesario, necesitan oírlo y Dios quiere usarte. Justamente cuando estoy escribiendo esto, he visto un mensaje para Promesas de Dios en el que se me acusa de “vivir a costa de la gente, asustándola con el infierno y hablando acerca de un Dios obsoleto”. Hay oposición, hay gente a la que no le gusta que prediques la verdad y vendrán a atacarte pero tienes que considerar las opciones, la obediencia a Dios o callarte. Elige obedecer, empieza conversaciones y deja que el Espíritu Santo te guíe, te diga las palabras a hablar.
- El poder de Dios actúa en nosotros. No sé qué piensas acerca de esta tremenda afirmación, pero te puedo decir que para mí es importantísima. Yo en mí, era podríamos decir, más bien normalita, pero con Dios eso ha cambiado radicalmente porque el poder de Dios, el cual es el Todopoderoso y que con solo hablar creó de la nada todo lo que hay, ese poder actúa en mí, y quiere actuar a través de mí. He visto resucitar a un muerto después de orar. No es que yo sea como he dicho, en mí, alguien extraordinaria, pero con Dios, he visto y veré cosas extraordinarias ocurrir. Dios quiere más y más que permita que su poder actúe en mí y a través de mí. Uno de los versículos que siempre me ha impactado es Hechos 4:29-30 RVC “Ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a estos siervos tuyos proclamar tu palabra sin ningún temor. Extiende también tu mano, y permite que se hagan sanidades y señales y prodigios en el nombre de tu santo Hijo Jesús.” Nuestra parte, como veíamos en el punto anterior es, compartir la palabra con sinceridad y añadimos según Hechos, sin ningún temor. Por otro lado, Dios, extendiendo su mano y dejando que su poder fluya en sanidades, señales, prodigios.
- Usamos las armas de la justicia
- con la mano derecha para atacar
- con la izquierda para defender.
¿con qué más cuenta el creyente? Con armas de justicia o integridad. El soldado normalmente llevaba la espada y la lanza en la derecha para atacar y el escudo en la izquierda para defenderse.
Contamos con todo lo que necesitamos para hacer nuestra tarea y para la vida cristiana. Promesas de Dios tiene grabado un vídeo hablando de la armadura de Dios. Alguien escribió diciendo que ya no necesitamos la armadura de Dios. Esto está lejos de la verdad. Aunque Cristo venció en la cruz del Calvario al diablo, éste muchas veces usa al hombre caído y tristemente también al creyente para hacer guerra espiritual a un creyente comprometido. Si no hiciera falta ya, la Biblia sería clara al respecto, pero por otros pasajes y este, vemos que necesitamos atacar y defendernos en determinados momentos, es decir estamos en una guerra. Seamos sabios y estemos alerta.
Cuarto, algunos de los grandes contrastes con que nos encontramos en nuestro servicio a Dios:
- Servimos a Dios, ya sea que la gente:
- nos honre o nos desprecie
- sea que nos calumnie o nos elogie.
En nuestro servicio a Dios podemos encontrarnos con personas que pueden honrarnos y elogiarnos mientras otros, o tristemente los mismos en otros momentos, nos desprecian y nos calumnian. Esta noche alguien ha escrito a Promesas de Dios diciendo cosas como: “vos sos un sinverguenza caradura falso e hipócrita!!!! sos una mierda de persona, Pedazo de imbécil, estas aquí para robarle a la gente”. No solo se puede leer y sentir un gran desprecio por mí al predicar en la página de Promesas de Dios, sino que me calumnia al decir que lo que pretendo es robarle a la gente. ¿es esto siempre así? Gracias a Dios no. Doy gracias a Dios por los unos y por los otros porque me ayudan a tener los pies en tierra y también a no desanimarme y a no darme por vencida.
- Somos sinceros, pero nos llaman impostores. Parte de lo que antes os contaba, de lo que este hombre me había escrito, era que me llamaba impostora y esto por servir a Dios siendo sincera. Comparto cada día un capítulo del Nuevo Testamento, así que no soy selectiva compartiendo solo determinadas partes del mensaje, sino la totalidad. No importa si eres mal interpretada en lo que haces y compartes, continúa sirviendo a Dios con sinceridad e integridad.
- Nos ignoran aun cuando somos bien conocidos. ¿Has sufrido que gente que te conoce de toda la vida pase por tu lado como si no te conociera de nada? En mi pueblo que es pequeño, con una gran tradición católica y muy arraigada el culto a las imágenes, el que pertenezca a la iglesia evangélica es considerado cómo pertenecer a una secta por muchas personas. Incluso mi padre lo creyó durante mucho tiempo. Esto hace que muchas personas pasen algunas veces ignorándonos cuando nos han conocido bastante bien y por muchos años. Esto también ha ocurrido con personas a las que les he hablado la verdad pero no la han querido recibir porque me han considerado inferior a ellos. Tristemente consideraban que las cualidades naturales estaban por encima del llamado de Dios. No han querido someterse a la palabra de Dios dicha a través mía y hoy pasan por el lado como si no nos hubiéramos hablado nunca. Muy triste porque no solo no se han sometido a la palabra, sino que no están en los caminos de Dios.
- Vivimos al borde de la muerte, pero aún seguimos con vida. Esto era una gran verdad en la vida de Pablo y también en la vida de otros creyentes. Gracias a Dios hoy por hoy no es mi caso, no vivo al borde de la muerte. Pablo sí y vio cómo fue librado muchas veces por Dios. Otros creyentes en Chiapas, Eritrea, Siria, Corea del Norte, y otros lugares viven al borde de la muerte aunque con la seguridad de una verdadera vida eterna con Dios. Debemos orar por ellos, apoyarlos. Hay organizaciones que les ayuda proveyendo ayuda legal así como oración, cartas de ánimo. Que Dios los ayude y se sirva de nosotros para ello.
- Nos han golpeado, pero no matado. Este es otro de los contrastes que físicamente no he vivido pero sí emocional y espiritualmente. Hay golpes de lengua que duelen muchísimo, y aunque lo han intentado nunca llegarán a matarme espiritualmente, porque cuento con la ayuda de Dios. Aleluya. Pablo había sufrido mucho, había sido encarcelado e incluso le habían dado latigazos pero nunca pudieron apagar la pasión que sentía por Dios y la extensión de su Reino.
- Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría. Había cosas que le habían causado dolor en el corazón, le habían quebrantado pero nunca pudieron apagar el gozo que sentía, porque el gozo del Señor era su fuerza. Para él y para cada uno de nosotros es un privilegio poder servir al Señor, así que quizás hay momentos en los que nos hacen daño y sufrimos, pero tenemos la vista puesta en el Señor y servirle es tan grande privilegio que hay gozo en nuestro corazón.
- Somos pobres, pero damos riquezas espirituales a otros. Como decía al principio quizás no tenga dinero, sea pobre como dice aquí. Cuando trabajaba oraba muchas veces acerca de servir al Señor a tiempo completo. Esto implica, por lo menos en mi caso, ser pobre económicamente hablando, porque la iglesia no me puede contratar y no me puede mantener. Pero soy feliz con lo que tengo, porque aunque sea pobre, tengo riquezas espirituales que puedo compartir, son dones dados por Dios que nadie puede comprar con dinero, ni obtener de forma fraudulenta. Se puede imitar, pero no enriquece ni dura en el tiempo. La obra fraudulenta termina perdiéndose porque no es de Dios. En cambio, los dones espirituales dados por Dios ministran de tal manera que enriquecen a muchos. No es que una sea nada por una misma, sino que soy instrumento en las manos de Dios mismo para beneficio de muchos.
- No poseemos nada, y sin embargo, lo tenemos todo. Y termina con esta gran afirmación, que quiere seguir enfatizando el punto anterior, ampliándolo. El que sirve a Dios quizás no posea nada materialmente hablando, pero realmente lo posee todo, porque somos coherederos con Cristo. aleluya. Hay un dicho que dice así, “Las mejores cosas en la vida son gratis”. La salvación, la paz interior, la reconciliación con Dios, una relación de amistad con el Todopoderoso, poder ser un intercesor de tal manera que pueda llegar a mover el corazón de Dios a favor de una persona, una familia, un pueblo, nación, los dones.... no habría dinero en el mundo para comprarlas pero aunque soy pobre y no tengo nada poseo lo que realmente tiene valor y es por pura gracia.
Así que quiero terminar dando gracias a Dios por el privilegio de tener una relación con Él, por el privilegio de servirle. Rogarle que me ayude cada día a vivir en santidad enfocada en lo que realmente tiene valor. A no dejarme llevar por las cosas de este mundo caído y aquellos que no se someten a Dios y su voluntad. Quiero vivir cada día para agradecerle por sus múltiples beneficios para conmigo, por su gran amor por mí.
Quiero animarte a buscar a Dios como prioridad en tu vida, a buscar la santidad y servirle como sólo Él merece.
Queremos terminar ofreciéndote nuestro servicio de consejería. Si necesitas hablar, que oremos por ti o contigo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Queremos poder ayudarte.
Si aún no has entregado tu vida al Señor, si aún no le has confesado como tu Señor y Salvador, ahora es un buen momento para hacerlo. Queremos guiarte con esta pequeña oración. Por favor, repite conmigo.
“Amado Dios, en este día reconozco que soy pecador. Ahora mismo, me arrepiento de mis pecados y abro mi corazón para que entres en el. Yo confieso con mi boca y con mi corazón que creo que Tú, Señor Jesucristo, viniste al mundo y moriste por mí en la Cruz, para perdonar mis pecados y reconciliarme con el Padre. Quiero que seas mi Señor y Salvador personal. Te pido que escribas mi nombre en el Libro de la Vida , haz de mí una nueva criatura conforme a tu voluntad. Pido que el Espíritu Santo pueda venir a morar en mí y me ayude cada día a vivir una vida que te glorifique. Gracias por salvarme. Amén “.
Dios tiene grandes cosas para ti.
Que Dios te siga bendiciendo
Te espero en la próxima porción.
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