«El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.»
San Juan 10:10 RVC
Mi amado Señor, te agradezco hoy tu gran amor por mí. Gracias por rescatarme de las artimañas del diablo que lo único que quería para mi vida era mal, destrucción y muerte. Gracias porque cambiaste todo este mal por vida y no por una vida escasa o quizás óptima, lo cambiaste por una vida abundante. Me has dado vida abundante, abundancia de amor, de paz, de gozo, de gracia, de propósitos.
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