«Sabed que El, el S EÑOR, es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado.»
Salmos 100:3 LBLA
Muchos de los que hoy celebran la Navidad son incapaces de reconocer que somos hechos por Dios y no nosotros a nosotros mismos. Otros atribuirían sus pecados a Dios, si Él me hizo, no es culpa mía el pecado. Yo quiero reconocer que Dios es mi Dios, que me hizo y que cuando le doy la espalda es cuando voy directamente a meterme en líos. Cuando en alguna que otra ocasión he sido tentada a pecar, me he inclinado ante Dios y le he dicho, por favor Señor, ayúdame a no caer. Puedo orar así porque reconozco mis debilidades y si sigo en esa posición, en ese punto, puedo de seguro caer. Yo soy su pueblo y oveja de Su prado y Él mi Pastor que me conoce, cuida y defiende.
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