Afirmando el alma:
Dios no demanda la perfección de los creyentes; todos nosotros fallamos de vez en cuando. Afortunadamente, la gracia abunda. Una indicación de que nuestra fe es genuina es nuestro deseo sincero de obedecer a Dios. Si no te "deleitas" en complacer a Dios mediante l obediencia a su Palabra, quizás es un buen momento para que analices tu alma. Hazlo ahora
C.R.Swindoll
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