C. H. SPurgeon escribió "Señor, aunque cojee en la fe, en la oración, en la alabanza, en el servicio y en la paciencia, ¡sálvame, te lo suplico! Sólo Tú puedes salvar a un lisiado como yo. Señor, no permitas que perezca por estar entre los postreros, sino recoge por Tu gracia a los más lentos de Tus peregrinos: incluso a mí. He aquí que Él ha dicho que así será, y, por tanto, como Jacob, prevaleciendo en oración, sigo adelante aunque mi tendón esté contraído."
Señor, Tú sabes en que área somos débiles, Tú sabes donde flaqueamos, cojeamos. Fortalécenos por amor de tu nombre, ayúdanos cada día. Tú has prometido no dejarnos.
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