Hoy nos encontramos nuevamente ante un proverbio que habla acerca de nuestra manera de hablar y el efecto que produce en las personas. Las palabras son más que palabras. Nos dice que las palabras suaves o la lengua sana es un árbol de vida, mientras que la perversidad de la boca, la lengua engañosa destruye. Cuántas veces una buena conversación ha ayudado mucho a las personas y en otras ocasiones ha hecho mucho daño. Hay que tener cuidado con lo que hablamos sobre todo cuando pretendemos animar porque muchas veces se obtiene lo contrario.
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