Vamos a comenzar una nueva serie, los salmos llamados "La gran Hallel", cantados en las tres grandes fiestas judías. Celebra la liberación del pueblo de Dios de Egipto. Es un salmo fervoroso, de pura adoración y éste se cantaba junto con el salmo 114 antes de la comida pascual. Los salmos del 115 al 118 después de la cena. A esto se refiere Jesús cuando en Marcos 14:26 dice "Y como hubieron cantado el himno, se salieron al monte de las Olivas".
El salmo comienza y termina con Aleluya, que significa alabad a Jehová. Hallel viene del mismo vocablo de aleluya.
Este es un llamado a la adoración. En el primer versículo vemos ese llamado hasta en tres ocasiones.
Leamos
Aleluya. ALABAD, siervos de Jehová, Alabad el nombre de Jehová. Sea el nombre de Jehová bendito, Desde ahora y para siempre. Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, Sea alabado el nombre de Jehová. Alto sobre todas las naciones es Jehová; Sobre los cielos su gloria. Salmos 113:1-4 RVES
Comienza con el imperativo a alabar y como decíamos, lo hace hasta en tres ocasiones y es que necesitamos una disposición correcta para alabar a Dios como Él únicamente merece. Abramos nuestros oídos a este llamado de alabar y exaltar a Dios. Es un tiempo festivo en el que el pueblo recuerda la gran bendición de la libertad, propósito, heredad, promesas que Dios les había dado. Un tiempo de regocijo, de reflexión y de avivamiento personal enfocado en el pasado pero con la vista en el presente, en el Dios de fidelidad que cumplió y cumple sus promesas. ¿Pensamos alguna vez de dónde Dios nos ha sacado, o damos ya por hecho que si nos sentimos libres, sanos en el alma es porque hasta aquí hemos llegado nosotros?. ¿Cuando vamos hacia la alabanza y adoración partimos de esa base? Si queremos alabar y adorar como Él únicamente merece, deberíamos partir del recuerdo de donde nos sacó y acercarnos a Él en gratitud. Tengamos en cuenta algo importante: Levantar la voz cuando es el tiempo de la alabanza y adoración sin poner el corazón y la mente, todo tu ser en ello, es cantar y no alabar. No nos confundamos.
Pero algo importante, ¿quién o qué debe ser el foco, el motivo de nuestra adoración? Algunas personas usan el tiempo de alabanza y adoración para hacer sus peticiones. ¿Es esto correcto?. No ¿A quién alabar? Al nombre de Dios, quien es Él, en toda su esencia, plenitud, su carácter. También el nombre de Jehová es repetido hasta en tres veces en los tres primeros versículos. Tenemos un Dios grande y conocemos su nombre. Se ha revelado a la humanidad a través de su nombre y lo que el significa. Qué tremendo privilegio tenemos. Cuando los israelitas alababan tenían un conocimiento de Dios bastante importante, pero nosotros estamos en mayor privilegio. Conocemos a Jesús y Él vino a traer mayor revelación del Padre. conocemos por experiencia propia al Espíritu Santo. Qué privilegiados somos. Indaguemos más y más acerca de nuestro Dios. Sigamos conociéndolo porque en la medida que crezca nuestro conocimiento de Él crecerá nuestra alabanza y adoración hacia Él.
¿A quién es el llamado de alabar? A sus siervos. No podemos esperar que el mundo alabe a Dios sino que el llamado es para aquellos que Dios rescató. Cuándo entendemos que nos liberó de nuestro Egipto particular, es cuando se nos revela como un privilegio ser siervos de un Dios y Señor tan grande, tan sublime y a la vez tan sumamente bueno y amoroso. Dio su vida para que así yo pudiera ser libre de las artimañas del diablo, del mundo, de mis propios errores, prejuicios, heridas, libre del pecado, de la muerte, del mismísimo diablo. ¡Cómo no amarte mi Señor y Dios! Privilegiada de ser tu sierva, de que Tú y solo Tú seas el Señor de todo mi ser.
Después de escribir estas líneas he leído una cita de Jeremiah Seed que dice así "en todo el alcance del lenguaje, ¿qué palabra es bastante expresiva para describir la negra ingratitud del hombre que es indiferente a la bondad de su Creador y a las misericordias de Cristo? " Señor ten misericordia de mí, que nunca sea ingrata, que cada día yo entienda que si respiro es por tu bondad, si camino en ti es por tu inmensa gracia y misericordia hacia mi vida. ¿Qué sería de mí sin ti, sin tu amor, cuidado y protección?
¿Cuándo y cuánto alabar? Siempre, a todas horas. No hay límites ni de tiempo, ni de lugar, desde ahora, para siempre, por la eternidad, desde donde sale el sol, hasta donde se pone. Dios supremo por encima de todas las naciones. Su gloria está sobre los cielos. Estos días descubrían un nuevo sistema solar con siete planetas del tamaño de la tierra en la galaxia. Allí ahora quieren encontrar vida. El hombre siempre buscando, siempre indagando. Si consideramos la grandeza del universo, eso nos debería llevar aún más a considerar la grandeza del Creador de todo. Si vemos gloria en una flor, un pájaro, los cielos, cuánto más glorioso no lo es Él.
¿Quién como Jehová nuestro Dios, Que ha enaltecido su habitación, Salmos 113:5 RVES
Que se humilla á mirar En el cielo y en la tierra? Salmos 113:6 RVES
El levanta del polvo al pobre, Y al menesteroso alza del estiércol, Salmos 113:7 RVES
Para hacerlos sentar con los príncipes, Con los príncipes de su pueblo. Salmos 113:8 RVES
El hace habitar en familia á la estéril, Gozosa en ser madre de hijos. Aleluya. Salmos 113:9 RVES
Considera los versículos 5 y 6. ¿Quién como nuestro Dios? Después de llevarme y llevaros a considerar su gloria, su majestad y su profundo amor, no podemos más que contestar: "no lo hay". No hay nadie, ni nada que se pueda comparar a Él. Y entonces me susurra, ¿y por qué me dejáis?. Esto es tremendo. Muchas veces vivimos vidas independientes, acudimos a Él en nuestras horas, en nuestros momentos habituales y luego vamos por libres, cuando no somos independientes sino como hemos visto siervos del Altísimo.
Dice que Dios mora en lo alto, y allí es enaltecido pero aún así, se humilla para mirar. Qué cosa más tremenda. Él estaba en su gloria eterna y el pueblo esclavo en Egipto vivía en sus dificultades, pero Dios miraba y vio y liberó con poder a su pueblo. No creas que tu vida es distinta, Él no tendría que estar atento a ti o a mí, pero lo está. Sabe cada suspiro, cada lágrima que derramamos está guardada, cada cabello que tienes lo sabe y no cae uno al suelo sin que Él lo permita. Tal conocimiento es demasiado para nosotros. Dios, un Dios tremendamente glorioso, mira tu vida, tus circunstancias y sale a ayudarte. Eso es lo que el pueblo meditaba.
Considera como dice Valentine Nalson "¡ver la Majestad ultrajada solicitando a los ofensores a que acepten el perdón! ¡Ver a Dios persuadiendo con tanto ahínco e insistencia, suplicando a los hombres que vuelvan a Él como si su misma vida fuera ligada a la de ellos, y su propia felicidad dependiera de ellos! ¡Ver al adorable Espíritu de Dios con infinita paciencia y longanimidad, sometiéndose al desprecio e insultos de mortales pecadores y despreciables como somos nosotros!" Señor, qué decir ante tanto amor, qué decir ante tanta paciencia y misericordia. Si no fuera por tu benignidad ¿dónde estaríamos? Oro por la dureza de corazón, por la incredulidad humana para que abran sus ojos ante tanta belleza y amor:
Los siguientes versículos fueron un descubrimiento tremendo para mí hace años. Dios levantó mi vida del polvo, del basurero, del lugar que nadie quiere, para hacerme sentar con principes, para hacerme su princesa, su hija amada y especial. Esta revelación es demasiado maravillosa. Yo no era nada, no le buscaba, andaba en el mundo con orgullo, egoísmos, luchas, carnalidad y Él se humilló a mirar mi flaqueza, mi debilidad, a tratarme y a revelarse y llegó el día que limpió mi suciedad y me transformó en su hija amada. No tengo palabras para agradecer tanto amor. En el canto de María que leemos en Lucas 1 vemos esta gran verdad Dios se humilló para levantar a los seres humanos, Jesús vino para esto para cambiar nuestra triste situación y trasladarnos a su glorioso reino. Ahora ya no estoy en el estercolero, ahora estoy sentada en los lugares celestiales con Cristo, ahora soy embajadora de Dios y Dios me ha dado el privilegio y el poder de anunciar no solo a los hombres sino a los niveles espirituales las tremendas riquezas en Cristo, la verdad del evangelio. Aleluya.
Termina el salmo diciendo que hace habitar a la estéril en familia. ¿Sabes que en Dios somos más que fructíferos? Quizás algunas no tengamos hijos físicos, pero aleluya, porque soy feliz de tener hijos espirituales. Dios nos ha llamado a eso, a tener muchos hijos, a habitar en familia, a ser fructíferos.
Este primer salmo de los Hallel nos deja con este regocijo. Dios se humilló con un propósito claro, salvarme, transformarme, hacerme parte de su gran familia, hacerme a mí fructífera.
Y termina como no podría ser de otra forma con un gran Aleluya. Alabemos juntos al Señor.
Señor, bendito eres, bendito es tu nombre. Reconocemos tu gran majestad, tu belleza, tu gran amor y misericordia. Estamos agradecidos por tu bondad. Declaramos no hay nadie como Tú. Nada ni nadie puede compararse a ti. Eres excelso, magnífico. Cuan grande es tu nombre, cuán maravilloso eres Señor. Gracias por tu gran paciencia para con la humanidad, para conmigo. Ayúdame a vivir consagrada a ti, como una sierva útil a tu reino, agradecida cada día por el gran privilegio de conocerte, de ser tu hija amada. Quiero que mi vida te glorifique, que pueda cada día ser obediente a ti, a tu voluntad. Crece en mí y que yo mengue.
Que el Señor os bendiga
Os espero en la próxima porción
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A Dios sea la gloria. Que bueno es nuestro Señor. Por eso el apóstol Pablo expresaba con tanta honra ser un esclavo de Él. Bendiciones!
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