Hoy un hermoso proverbio que siempre me ha gustado. Lo aprendí cuando me compré mi casa y me la querían volver a comprar, Dios me dijo que no lo hiciera. En aquel tiempo tenía un buen trabajo y estabilidad. Con el paso de los años y la crisis, me quedë sin trabajo y mi sustento es el alquiler que cobro por ella. Volví a vivir en casa con mi madre y mi hermana. Si la hubiese vendido hoy no tendría nada de recursos.
Pero este versículo es más que la casa física, es mi vida, mi cuerpo, alma y espíritu que debo cuidar y edificar y no echarla a perder. ¿Cómo cuidar mi cuerpo como mpleto? Buena alimentación, ejercicio, descanso, sanidad emocional, y sobre todo, estudio de las Escrituras, meditación, gratitud, adoraciön, oraciön..
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