Cada uno de nosotros enfrentamos en alguna circunstancia el que puedan venir a aconsejarnos y estos consejos no sean correctos.
Los consejos no tienen porqué venir solo de personas malintencionadas, pueden ser amigos que se equivocan o en algunos casos si que vienen directamente de enemigos, de opositores que tenemos como siervos de Dios.
Me viene a la memoria la historia del hijo de Salomón y como seguir el consejo de sus amigos, le llevó a tomar las acciones que llevarían a la ruptura del pueblo de Israel.
Veremos el salmo 11, que nos relata un momento determinado de la vida de David pero que podemos usar cuando personas o poderes espirituales se opongan al creyente o a la iglesia.
En Jehová he confiado; ¿Cómo decís á mi alma: Escapa al monte cual ave?
Porque he aquí, los malos flecharon el arco, Apercibieron sus saetas sobre la cuerda, Para asaetear en oculto á los rectos de corazón.
Si fueren destruídos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo? Salmo 11:1-3 RVES
El salmista comienza afirmando su fe en Dios antes de mencionar a aquellos que han venido con los consejos dañinos a su vida.
Esto es lo primero que debemos tener en cuenta, afirma y declara quien es Dios y en quien has puesto tu confianza.
Le habían aconsejado que huyera, que escapara. Huimos cuando tomamos la derrota por sentado, cuando damos todo por perdido pero el pueblo de Dios tiene a su lado al victorioso.
Cuando seas tentado a dejar la batalla, a huir, a aceptar la derrota:
- considera de quien viene ese consejo
- confiesa en quien está tu confianza
- ponte firme ante la desconfianza y el temor
Spurgeon dijo "Cuando Satanás no puede derrotarnos por medio de la presunción con que astucia procura nuestra ruina por medio de la desconfianza."
Vemos como en esta situación le habían aconsejado huir y desconfiar de la ayuda de Dios. ¿No huyó nunca David? Sí, él lo hizo en varias ocasiones pero en ésta, pudo discernir con claridad que las palabras y el consejo no era el correcto. Así que no era realmente el consejo sino la forma en que lo recibió, dándole a entender que en otro lugar encontraría la seguridad que necesitaba, pero su seguridad estaba en Dios. El consejo quería llevarle a dudar de Dios y su cuidado y poner su confianza en otro lugar.
Esto pareciera que a nosotros nos costaría no discernirlo, pero cuántas veces somos tentado a poner nuestra confianza en el dinero, personas, instituciones u otras cosas que no son Dios. ¡Qué nada ni nadie estorbe tu confianza en Dios!
W. Gurnall escribió "Las caídas de los santos han tenido lugar cuando han salido de su trinchera y su fortaleza, porque su fuerza es como la de los conejos, animales débiles en si mismos, cuya fortaleza se halla en la roca del Todopoderoso, que es su habitación".
David nos deja entrever que su situación no era fácil, su enemigo tensaba el arco, la saeta.
La palabra enseña que el enemigo de nuestras almas está con sus armas listas preparadas para atacar al pueblo de Dios, a los rectos de corazón.
David se preguntó "si son destruidos los fundamentos ¿ qué podrá hacer el justo?"
¿Se pueden destruir los fundamentos? la Escritura nos enseña en Mateo 16:18 que las puertas del infierno no podrá prevalecer contra la iglesia.
El enemigo quiere destruir los fundamentos de la iglesia, nuestra fe y ¿ qué puede hacer el justo? orar, pelear, luchar y desde luego nunca desconfiar y huir. No creer que tienes la derrota sino todo lo contrario, con Dios somos más que victoriosos.
Jehová en el templo de su santidad: La silla de Jehová está en el cielo: Sus ojos ven, sus párpados examinan á los hijos de los hombres.
Jehová prueba al justo; Empero al malo y al que ama la violencia, su alma aborrece.
Sobre los malos lloverá lazos; Fuego y azufre, con vientos de torbellinos, será la porción del cáliz de ellos.
Porque el justo Jehová ama la justicia: Al recto mirará su rostro. Salmo 11:4-7 RVES
¿Cuál es la respuesta de David? ¿Cuál debe ser nuestra respuesta?
Primero: declara que Dios está por encima de todo lo que está ocurriendo, por encima de cada uno de los ataques que hemos recibido y recibiremos, Él está en su santo templo.
Su trono, allí donde está sentado juzgando y gobernando está en los cielos en los lugares más altos y firme que puedan estar.
Segundo: No por estar en el cielo, Dios está ciego a nuestras necesidades y luchas. Él mira, Él está atento examinando. No estás solo, no estás desamparado en esta ni en ninguna circunstancia. Descansa en esta seguridad.
Tercero: Dios prueba al justo y aborrece al que ama la violencia. Dios conoce, distingue al justo y al impío. A Dios nadie le puede engañar. Una de las cosas que más me molesta es la hipocresía, aquel que se hace pasar por lo que no es. Quizás logra engañar a algunos pero no a Dios. Descansa en la certeza de que Dios conoce a su pueblo.
Cuarto: Dios dice que el justo pasa pruebas pero cada una de las que Dios permite será para edificarla tu vida, tu carácter, personalidad, para limpiarte, purificarte. Considera esta situación adversa no como algo para destruirte sino para todo lo contrario. Confiesa hoy sobre tu vida y circunstancias que como dice Romanos, el pueblo de Dios sabe que a los que aman a Dios todo le ayuda a bien.
Quinto: Considera este tiempo como una oportunidad para aumentar tu fe, para afirmarla, para obtener fruto en tu vida. Confiesa que es un tiempo de vida, de purificación de fructificación.
Sexto: Declara la derrota de tu adversario. Dios aborrece al malo, al que ama la violencia. Declara castigo de Dios para ellos, declara la derrota más absoluta, fuego, azufre. Dios es Dios de justicia.
Séptimo: Sí, repetimos, Dios es Dios de justicia, Él es justo y ama la justicia. Dios en su naturaleza es justo y por lo tanto no puede dejar pasar por alto la injusticia.
No solo en su naturaleza es justo, sino que ama y se deleita en la justicia. Confía en un Dios justo y por lo tanto descansa en Él que no permitirá que triunfe la injusticia en tu vida.
Octavo: Confiesa que Dios está atento, mirándote, queriendo ayudarte a desenvolverte en esta situación. Acude a Él como principal en cada circunstancia de tu vida, de tu día.
Descansa en un Dios de amor que ve tu necesidad y quiere hablarte, responderte con tremendas cosas.
No cedas a la inseguridad, a la desconfianza, plántale cara y obtén con Cristo la victoria.
El Señor te ama. El Señor te cuida. No lo dudes nunca
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