«Cuando llegaron, subieron al lugar donde se alojaban. Estaban allí Pedro, Juan, Jacobo, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hijo de Jacobo. Hechos 1:13 NVI
Después de la ascensión del Señor, los discípulos comenzaron el camino a Jerusalén y llegaron a donde se alojaban. Vemos en el versículo cómo Lucas menciona a los discípulos del Señor, a los apóstoles y cómo deja claro que volvieron sin Jesús para obedecerle. Allí hay once hombres seleccionados por el mismísimo Jesucristo, con ellos Dios va a revolucionar el mundo llegando hasta hoy donde los creyentes se cuenta por millones y dónde se conoce de Jesús creo que casi en cada país del mundo. Los que mataron a Jesús pensaron que matándolo a Él terminaría todo.
Desde la ascensión hasta Pentecostes que es cuando viene el Espíritu Santo faltan diez días. ¿qué hacían los discípulos mientras esperaban?
Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María. Hechos 1:14 NVI
Veamos: Allí reunidos en principio, estaban los discípulos, a ellos hay que añadir a la madre de Jesús, a María, a sus otros hijos así como las mujeres que seguían a Jesús. Allí estaban reunidos y dice “todos” en un mismo sentir, con una unidad que antes nunca habían experimentado. Me viene a la mente no rencillas pero sí cuándo Juan y su hermano querían saber quién era mayor en el reino. Aquí están todos iguales, tienen una misma meta, estaban esperando la promesa del Señor. Mientras que estaban esperando se ocuparon:
- En la mejor cosa que podían hacer, la oración en casa, una oración con dos características importantes:
- De unanimidad
- De perseverancia
cómo dice Lucas en su evangelio, en ir al templo a alabar a Dios.
«Ellos, entonces, lo adoraron y luego regresaron a Jerusalén con gran alegría. Y estaban continuamente en el templo, alabando a Dios. Lucas 24:52-53 NVI
Esto es una combinación explosiva, alabar en el templo, orar en la casa. No hay mejor manera en la que podamos invertir nuestro tiempo. ¿qué hacemos cuando Dios nos dice que esperemos a que Él haga algo determinado? Nos cuesta esperar, nos cuesta ver pasar el tiempo sin que se cumpla lo prometido por Dios. Lo mejor que podemos hacer mientras esperamos el tiempo De Dios es alabarle a Él y hablar con Él, orar. Eso nos preparará para cuándo se cumpla el tiempo De Dios. Busquemos alabar a Dios y orar con los hermanos en unanimidad y perseverancia.
Por aquellos días hPedro se puso de pie en medio de los creyentes, que eran un grupo como de ciento veinte personas, Hechos 1:15 NVI
Pedro un día de estos que está esperando, se levanta y se pone en medio de los reunidos, en aquel momento unos 120 creyentes. Hoff nos dice cómo “En la ley judía se requería un mínimo de ciento veinte para establecer una comunidad con su propio consejo’; de modo que ya los discípulos eran lo suficientemente numerosos como ‘para formar una comunidad nueva’” aleluya.
y les dijo: Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura que, por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas, el que sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús. Hechos 1:16 NVI
Pedro comienza diciendo que la traición de Judas no fue algo que pasó sin que estuviera controlado por Dios. Dios lo había dicho a través de su profeta el rey David. La palabra es clara, se sabía que uno entre los cercanos sería el que traicionaría al Mesías.
Judas se contaba entre los nuestros y participaba en nuestro ministerio. Hechos 1:17 NVI
(Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó, y se le salieron las vísceras. Hechos 1:18 NVI
Todos en Jerusalén se enteraron de ello, así que aquel terreno fue llamado Acéldama, que en su propio idioma quiere decir “Campo de Sangre”).Hechos 1:19 NVI
Mateo es el único que escribe acerca de Judas.
Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos. —He pecado —les dijo— porque he entregado sangre inocente. —¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—. ¡Allá tú! Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó. Mateo 27:3-5 NVI
Sí tenemos en cuenta las dos porciones hay algunas incongruencias pero podríamos bien subsanarlas y,continuar cada uno, con su vida.ªººº
La Escritura es clara, el precio de la traición a Jesús fue de 30 monedas de plata. Según dice Mateo, Judas sintió remordimientos. Esto no nos lleva a nada bueno porque es solo el arrepentimiento el que te lleva a la vida. Según hemos leído, Judas devolvió el dinero. ¿quién compró realmente el terreno? Ya sea Judas o los sacerdotes con el dinero recibido de él, el caso es que allí lo enterraron cuando se suicidó debido al remordimiento. Si se hubiera arrepentido, Dios le habría perdonado, pero no lo hizo, sino que se quitó la vida. Esto nos debe enseñar que cuando hacemos algo mal si no nos arrepentimos sólo podemos ir a peor. En Hechos dice que se cayó y se le salieron las vísceras. Supongo que esa caída fue cuando quizás lo bajaban. A aquel campo la gente le pusieron de nombre Acéldama o campo de sangre.
Porque en el libro de los Salmos —continuó Pedro— está escrito: »“Que su lugar quede desierto, y que nadie lo habite”. También está escrito: »“Que otro se haga cargo de su oficio”. Hechos 1:20 NVI
Aquí leemos com Pedro está hablando de que lo profetizado se encuentra en los salmos. ¿de qué salmos estamos hablando? Salmo 64 y 109. Leamos
Hasta mi mejor amigo, en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo, me ha puesto la zancadilla. Salmo 41:9 NVI
Sea su palacio asolado; En sus tiendas no haya morador. Salmos 69:25 RVR1960
Que se acorten sus días, y que otro se haga cargo de su oficio. Salmo 109:8 NVI
También hay otras profecías relativas a la traición de Judas en otros libros. La más clara, el precio de la traición en las profecías del profeta Zacarías.
«Les dije: «Si les parece bien, páguenme mi jornal; de lo contrario, quédense con él». Y me pagaron solo treinta monedas de plata. ¡Valiente precio el que me pusieron! Entonces el Señor me dijo: «Entrégaselas al fundidor». Así que tomé las treinta monedas de plata y se las di al fundidor del templo del Señor.»
Zacarías 11:12-13 NVI
Continuamos con Hechos y leemos cómo Pedro nos dice:
Por tanto, es preciso que se una a nosotros un testigo de la resurrección, uno de los que nos acompañaban todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, desde que Juan bautizaba hasta el día en que Jesús fue llevado de entre nosotros. Hechos 1:21-22 NVI
Cómo habíamos dicho anteriormente “otro debía tomar el lugar” dentro del grupo de los que habían estado con Jesús. Es más, Pedro dice que debía de ser uno de los testigos de la Resurrección, uno de los que había acompañado al Señor desde el bautismo de Juan hasta el día de la ascensión.
Así que propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, apodado el Justo, y a Matías. Hechos 1:23 NVI
Entre los posibles candidatos, que no debían ser muchos, propusieron a
- Barsabás, el Justo
- Matías
¿Cómo saber quién? ¿un examen? ¿votación? Lo primero que un cristiano debe hacer siempre en una decisión es buscar la dirección De Dios y para ello oraron, cómo debemos hacer nosotros.
Y oraron así: «Señor, tú que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido Hechos 1:24 NVI
para que se haga cargo del servicio apostólico que Judas dejó para irse al lugar que le correspondía. Hechos 1:25 NVI
¿Qué oraron? Ellos reconocieron que Dios conocía todo corazón y por ello sabría mejor que ellos a cuál escoger.
Es interesante que ellos no dicen “al imfierno” cuando se refieren al lugar donde se ha ido Judas.
Después de orar, poner en práctica la palabra dada por el Señor.
Luego echaron suertes y la elección recayó en Matías; así que él fue reconocido junto con los once apóstoles. Hechos 1:26 NVI
Usaron el método que en el A.T . La suerte cayó sobre Matías por lo que a partir de ese momento Matías estaría allí donde fueren los discípulos,
El Señor os bendiga
Os espero en una nueva
