Estos días leyendo el salmo en el cual meditaremos hoy me sentí muy tocada.
Patrick Delany dijo de él "no creo que nadie haya oído ni visto algo tan grande, tan solemne y tan celestial a este lado de las puertas del cielo".
Se cree que fue escrito cuando se trasladó el arca desde la casa de Obed-Edom hasta el monte de SIon. Podéis leerlo en 2 Samuel 6.
De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, Y afirmóla sobre los ríos. Salmos 24:1-2 RVES
Comenzaremos hoy confesando la absoluta soberanía de Dios, nos dice el salmista que a Dios le pertenece todo lo que hay, el mundo y los habitantes del mundo. Es una declaración absoluta de la idea clara de Dios de que toda la humanidad fuera de nacionalismos, razas y géneros le pertenecen y está preocupado por ellos. Jesús en la cruz murió por una humanidad que le pertenecía pero que a causa del pecado estaba alejada de Él.