La fortaleza de Dios y su misericordia son las dos alas con que volamos al cielo; los dos pilares en que descansamos y podemos vencer las fuerzas de las tentaciones. Dios da la fuerza para toda la tarea que nos encomienda; también es misericordioso, pues cuando fallamos necesitamos su perdón y consuelo. El que confía en Dios disfruta de los dos.
Calvino
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