Qué contraste más tremendo, el hombre puede bendecir o destruir la ciudad. Nos dice Salomón, que los íntegros son de beneficio para la ciudad. Cómo cristiano, ¿eres consciente del valor tan importante que tiene tu vida para con la ciudad en la que vives? Tu boca y tu testimonio debe ser de bendición, para enaltecer y engrandecer el lugar en el que vives. Debes ser persona de influencia.
Por otro lado, vemos lo malo que provoca la boca de los malvados, que puede llegar a trastornar la ciudad.
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